Sería muy difícil explicar los sentimientos que nos aportó este lugar pero no tanto por sus miles de templos que no hay que dudar que son impresionantes sino por una persona maravillosa que nos robó el corazón, pero vayamos por partes...
Llegamos a Bagan como la totalidad de turistas que llegan a este país ya que en este lugar está la concentración de templos budistas más grande del mundo. Dicen que para hacernos una idea de la cantidad de templos que podemos ver en poco espacio sería posible imaginando todos las iglesias de Europa concentradas en la isla de Manhattan.
Hay dos formas de ver los templos, alquilando una bici y perdiéndote por sus cientos de caminos de tierra rojiza o alquilando un coche de caballos si no te apetece pedalear.
Nosotros optamos por la primera y bici en mano comenzamos el primer día a visitar los templos más importantes y más grandes pero el tiempo no nos acompañó ya que hizo un día muy feo y gris que resaltaba poco la maravilla que estábamos presenciando.
Aquí el único medio de vida de la mayoría de la población es el turismo y por tanto sólo bajar la bici es suficiente para que unos cuantos vendedores y niños postal en mano te rodeen diciéndote todo lo que puedan en tu idioma para que le compres algo.
Myanmar es el país más pobre que hemos visitado en nuestra vida y eso se nota cuando caminas por los templos de Bagan. Todos quieren que les compres y te acompañan y hacen de guía gratuito en cada templo si fuera necesario a cambio de que al menos veas lo que llevan.
Unos llevan pinturas en telas que tardan días en terminarlas, otros cajas de madera de bambú pintadas a mano y los más pequeñitos paquetes de diez postales a cambio de un dólar.
Como os decíamos todos quieren que les compremos pero aunque lógicamente es imposible insisten e insisten sin cansancio hasta el aburrimiento (ésto indica la desesperación de una población por llevar un plato de comida a su casa).
Sólo 8 kilómetros y medio separan Nyaung U de New Bagan y a medio camino se concentran la mayor parte de los templos en Old Bagan. Cualquier camino que salga de la carreterilla principal (en Myanmar todas las carreteras son de no más de tres metros de ancho y bacheadas hasta el aburrimiento) puede darte una sorpresa con un templo bonito para nuestros ojos o descubrir pinturas de hace más de 2500 años.
Y sí lo pasamos bien pero el hecho que nos cambió la visión del lugar no fueron los templos sino Thida.
Thida es una chica de 20 años con una bicicleta de otros tantos que no se cansa de perseguir a los turístas a cambio de algo... nosotros ya la habíamos visto el primer día ya que nos dijo un lugar para comer barato pero el segundo día decidió que nosotros seríamos su siguiente trabajo durante el día.
No se cansó de pedalear junto a nosotros mostrándonos todos los templos y hablándonos un poco de ella y después de un buen rato paramos en la sombra de un viejo árbol junto al camino para descansar un poco del sol que ese día sí nos regaló un bonito día.
Allí bajo la agradable sombra de ese árbol centenario y con las conversaciones de Thida comenzamos a ver lo necesitada que estaba por llevar unos pocos dólares a su humilde casa. Entonces decidimos ayudarle y le compramos una cajita de esas hechas a mano por 2500 kyats pero como no tenía cambio le dijimos que se quedara los 3000.
Ella se sintió agradecida y se empeñó en que al día siguiente fuéramos a su casa a comer. Nosotros le decíamos que no, que no era necesario invitarnos, pero ella insistía e insistía diciéndonos que tenía todo muy limpio y que ella se lavaba todos los días.
Al final aceptamos y se puso muy contenta, nos acompañó al hotel y prometió que al día siguiente vendría con su bici a la puerta de nuestro hotel (a 8 kilómetros y medio de su casa) para acompañarnos de vuelta a New Bagan, donde ella vivía.
Ese día vivimos de primera mano lo que es ser pobre y no tener nada de nada. Ella estaba supercontenta de que fuéramos a visitarla pero estaba preocupada porque no paraba de decirnos que era muy pobre y no quería decepcionarnos (como si a nosostros eso nos importara). El caso es que como decimos sentimos lo que es ser pobre por un día.
Resulta que hace cinco años era una familia muy humilde de ocho hermanos, dos de ellos murieron, pero iban tirando como mucha gente en Asia, pero un fatídico día a su padre, que trabajaba en una cantera sacando piedra, le mordió una serpiente venenosa y le llevaron de urgencia al médico. Ese día comenzó su calvario porque para pagar el médico (unos 700 euros según nos contó) tuvieron que vender la casa que tenían y desde ese momento vivir en la calle.
Pero Thida es una chica muy fuerte y nos lo contaba con el dolor en su cara pero con la fuerza de seguir adelante. A partir de ese dia ella, su hermana y su madre se fueron a vivir a una casa costruída con bambú con un solo habitáculo de no más de tres metros cuadrados donde vivian las tres.
La casa es tan pequeñita que alguien siempre debe dormir fuera. Pero a Thida no le importaba solo quería sacar adelante a su madre y a su hermana con lo que vende de cuando en cuando.
Lleva persiguiendo a los turistas desde los siete añitos y no fué al cole más que tres cursos, mientras todo iba bien en casa, pero a partir de ahí se fué a vender cada día con su bicicleta alquilada por 500 kyats al día.
Eso lo tenía que pagar vendiera o no ya que era su único medio de transporte hasta los templos y logicamente para seguir a los turistas por cualquier lugar donde ellos vayan.
El caso es que hicieron todo lo que estuvo en sus manos para ser ricos por un día y hasta se permitieron el lujo de comprar patatas, berengenas y cuatro trocitos de carne más pequeños que una uña para que comieramos bien.
Normalmente Thida nos contaba que comían arroz blanco con una especie de acelga salteada con alguna hierba... eso era todo... eso día tras día.
Pero ese día nos trataron como de la familia... Thida estaba contenta y agradecida por una caja de 3 dólares.
Pero Maider y yo ya teníamos pensado una sorpresa para ella... como resulta que cada día debía pagar 500 kyats por su bici (que podríamos encontrar en España junto a cualquier contenedor de basura debido a lo vieja que estaba) ganara o no ganara nada de los turistas y nosotros teníamos dinero de sobra para terminar el país tranquilamente pues decidimos comprarle una bicicleta.
Como era un familia muy muy pobre y humilde decidimos hablar tranquilamente con Thida y explicar lo que queríamos hacer.
Le dijimos que teníamos un dinero para cada día y que lo que sobraba lo guardábamos en un bolsito y que habíamos decidido ayudarla comprándole una bici....
Al principio creemos que no sabía muy bien lo que le decíamos porque asentía como si nada, pero cuando le dijimos que queríamos ir a la tienda de bicis empezó a ponerse nerviosa y escuchábamos que respiraba rápido.
El caso es que en cuanto llegamos ella fué directamente a las bicis usadas pero la verdad eran parecidas a la que llevaba y pensamos que sería mejor comprarle una nueva.
No os podéis ni imaginar como estaba... nos decía que era el día más feliz de su vida... y muchos pensaréis que lo decía por recompensarnos pero no lo decía porque os prometemos veíamos brillar la luz en sus ojos.
Una simple bicicleta, esas que nosotros tenemos incluso algunos a pares apartadas en el balcón de una casa, esas que usamos cuando nos apetece... una bici era suficiente para saber que jamás en su vida debería pagar ni un solo kyat más al propietario de bici de alquiler cochambrosa.
Pero la ilusión no terminó ahí, es más no terminó nunca hasta que tristemente vimos desaparecer su delicada silueta con su eterna cesta de cajitas de bambú en su mano derecha mientras con la otra se secaba las lágrimas de los ojos diciéndonos que le prométieramos que íbamos a volver, que aunque tardáramos por favor le prométieramos que volveríamos a verla.
Thida decía que nos prometía que la próxima vez compraría tenedores para no tener que comer con las manos, que trabajaría mucho cada día para que cuando volviéramo tuviera al menos unos tenedores... lo que no sabía es que nosotros éramos tan felices como ella de estar todos esos días a su lado y que no nos importaba ni que su casa fuera de bambú ni que no tuviera tenedores ni nada de eso... nos hizo muy muy felices con su sola presencia, con su bondad, con su extremada humildad, con su bonita sonrisa... con miles de cosas que no podríamos explicar con palabras.
El último día no se separó ni un minuto de nosotros, no hacía más que decirnos que le prometiéramos que nos volvería a ver, nos contó que esa noche soñó que nos íbamos los tres a recorrer Mynamar por el lago Inle, por Mandalay, todo desde su sueño imaginario porque jamás había salido de su pueblo, jamás había visto el mar, jamás había montado en un autobus con aire acondicionado.
Nos prometió que nos enviaría una carta cada año hasta que nos encontráramos de nuevo y nos hizo llorar cien veces o más.
Nos enseñó muchísimo más que todo el dinero del mundo y lo que no sabe es que aprendimos infinitamente más de ella de lo que jamás imaginaría.
Thida hizo crecer nuestro corazón cada minuto y por supuesto ganó con ventaja a todos los templos de Bagan juntos porque ella sola consiguió algo que nunca nos había ocurrido, hizo que sin salir de un país volvamos a pensar en él.
domingo, 11 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Pero que lindos están!!!!!!
Y cuanto camino recorrido ya!
Si dentro de unos meses va a hacer un año que estuvieron en casa...!
Como pasa todo el tiempo!!!!
Maider, me gusta mucho el nuevo look y creo debes estar mucho más liviana...
Heme aqui, con las buenas nuevas que Ernesto llega a BA en Noviembre para alegría de su Sol y de los amigos porteños...
los abraza,
ya con sol brillando de primavera!
Kary
hola! que tal? todavia por ahi? que envidieta me dais...yo volvi a finales de agosto y liada ya con el curro y esas cosas. ahora estoy ahorrando dinero pero para un nuevo objetivo en mi vida ya que voy a ser mama!!!
estas muy guapa maider
muchos besos y animos
sandra
cualquiera que hubiera conocido a thida se hubiese enamorado de la dulzura y angelical sonrisa que posee ... que maravilla lo que han vivido ... que maravilla saber de ustedes y saber que aun nos siguen llevando en sus nubes de sueños y que aun podemos creer que un mundo mejor es posible ... que manera de hecharlos de menos ... mi vida ha ido in crescendo dia a dia y ni tiempo he tenido de leerlos ... de actualizarme de sus viajes y sus historias ... ahora le robe un poco de tiempo a mi trabajo y quise hecharle un vistazo a esos dos personajes maravillosos que tuve la oportunidad de conocer en san pedro de atacama hace algunos meses y que siendo de tan lejos los senti tan cercanos ...
me he dedicado a regar su leyenda por todos lados que voi y lo que siguen haciendo ...
yo por mi lado estoy haciendo musica ... viviendo solo y escribiendo montones ... dedicado a lo que mas me gusta ... conocer gente y conocerme cada dia mas y sobre todo dar gracias a la vida por lo que he vivido y por la gente que en este caminar sinuoso he conocido ... y claramente ustedes forman parte importantisima de mi historia que aun escribo ...
espero poder hacerme cada vez mas tiempo y poder visitarlos y sentirlos cerca y vivos ...
les mando un cariñoso saludo y fuertisimo abrazo a la distancia que recorren mis dedos hasta la pantalla de vuestros ojos y recordarles que aca en santiago de chile tienen vuestra casa donde quedarse ... mas bien varias ... :) ... la mia, la de mi familia y la de mis amigos ...
besos y abrazos afectuosos!!!!
adeu
Erick
Publicar un comentario