Ya estamos en Camboya, el tiempo pasa rápido para el que disfruta cada día... y el camino de Vietnam hasta Phonm Penh fue increiblemente bonito ya que fuimos a través de canales del Mekong donde podíamos ver la vida cotidiana de la gente y los cientos de sonrisas y saludos dirigidos hasta el barco en el que íbamos.
Tardamos 9 horas en llegar incluyendo el tiempo sellando el pasaporte en la primera frontera fluvial que hemos atravesado hasta ahora en el viaje.
Camboya es otro mundo, otro mundo no solo por la amabilidad de sus gentes a pesar de lo negro de su pasado sino también porque todo es más rudimentario y pobre de lo que habíamos visto hasta ahora.
Y Phonm Penh, su capital, es una ciudad no demasiado grande donde hay varias cosas que hacer como ver sus templos de preciosa arquitectura o empaparse de su amargo pasado cuando allá hacia el año 75 se cometió uno de los mayores y más crueles genocidios de la historia del mundo donde mataron a unos dos millones de inocentes.
Este país es mayoritariamente budista y se nota en sus calles con sus numerosos templos y monjes caminando paraguas en mano para protegerse del sol o de las repentinas tormentas monzónicas.
Allí pudimos contemplar el precioso Palacio Real donde sus edificios de dorados y puntiagudos tejados destacan entre sus jardines de bouganvillas y flores.
Allí parece no existir la pobreza que hay al salir del palacio donde muchísimos niños y mutilados caminan mendigando por sus calles.
Una vez más es dificil entender para una mente sencilla como las lujosas reliquias bañadas en oro y diamantes o suelos de plata que pudimos ver en el palacio no pueden servir para disminuir la pobreza y las pésimas condiciones en las que vive este país de no más de 15 millones de habitantes.
Pero la verdadera realidad de Phonm Penh es su oscuro pasado y la pudimos contemplar en su museo Tuol Sleng o el campo de exterminio de Choeung Erk.
En 1975 el movimiento radical comunista Jemer Rojo, encabezado por su líder Pol Pot, tomó el poder. El edificioque aparece en las fotografias que entonces era una escuela de secundaria, se convirtió en la prisión de alta seguridad S-21.
Al llegar a la prisión, los detenidos eran fotografiados e interrogados sobre su pasado, después los desnudaban y les quitaban sus posesiones.Los prisioneros vivían, en condiciones infrahumanas, en pequeñas celdas, construidas en las antiguas aulas de la escuela Tuol Svay Prey y los guardias los encadenaban a la pared o a unas barras de hierro con una especie de grilletes que también podeis ver en las fotografías.
En cada habitación había una cama donde ataban a los inocentes y los golpeaban y torturaban hasta que se declararan culpables por algo que ni siquiera habían cometido, en muchos casos los acusaban de cosas tan absurdas como ser espías de la CIA o la KGB.
Dentro de la mayoría de los calabozos había muy poca luz. Las puertas y ventanas solían permanecer cerradas y estaban protegidas por alambre de espino para evitar intentos de fuga, que de cualquier manera eran prácticamente imposibles.Como hicieron los nazis en algunos de sus campos de concentración, los Jemeres Rojos documentaban las torturas a que sometían a sus víctimas, que incluían el uso de descargas eléctricas, golpes, vejaciones con instrumentos ardientes y la privación del sueño.
Muchos de los reclusos morían en la cárcel S-21, otros eran llevados a los cercanos "campos de la muerte" en el centro de exterminio Choeung Erk, a unos 15 kilómetros de Phnom Penh, donde solían matarlos a golpes porque el régimen consideraba que era necesario ahorrar balas.
El régimen que trató de establecer una utopía rural comunista –para lo que abolió el dinero y envió a millones de personas a cultivar los campos- terminó en 1979, cuando fue derrocado por el ejército del vecino Vietnam. Bendito Vietnam!!
Las secuelas de la guerra continúan, muchos niños han perdido sus piernas, sus brazos, sus ojos, debido a los millones de minas antipersonales que quedan en amplias zonas de Camboya.
Los camboyanos han esperado durante tres décadas para que se lleve a los líderes del Jemer Rojo ante la justicia pero como siempre ocurre en este mundo poco racional nunca acaban siendo juzgados y muchísimo menos pagar por lo que hicieron.
Sin embargo, tienen esperanza de que el país siga adelante y mejore, en gran parte gracias al influjo del turismo y desde luego que lo merecen.
Y aunque lógicamente cueste ir a estos lugares creemos que es superimportante que la gente que pueda vaya a visitarlos y la que no al menos se interese por lo que ocurrió y esté al tanto de que la vida no es solo "tele basura" sino que quizás indagar en el pasado histórico de los paises nos cambie un poco la manera de pensar de la vida y del mundo.
Así que esta es la realidad del mundo que os contamos una vez más desde nuestra perspectiva y como escuchamos una vez en una noticia científica... "cuando el cerebro humano aprende algo nuevo nunca más vuelve a ser el mismo físicamente sino que hay algo dentro de él que le hace cambiar".... por ello os decimos que conocer este tipo de cosas no es motivo de depresión sino todo lo contrario de crecimiento interno para volverte más luchador por las cosas y menos supceptible a problemas que a veces hasta debemos inventar en nuestro cerebro para no aburrirnos de la vida que llevamos.
Así que como siempre comentamos a medida que transcurren los días de viaje y experiencias creemos que cada vez vamos a estar menos de acuerdo con problemas habituales como... ¿qué me pongo en la boda de mi prima Juanita que es mañana y no tengo nada? (seguro que los armarios de cualquiera rebosan de ropa, sin ir más lejos el nuestro) o comentarios absurdos que cada día nos invaden en el trabajo como ¿has visto con quien se ha liado menganita? ¿mañana tirarán a Pinpin de operación triunfo?... en fin a veces parece que olvidemos como es la vida real y no la burbuja en la que vivimos...
Unos estarán de acuerdo, otros dirán que es una estupidez pero lo que bien es seguro que nosotros no vamos a volver como éramos sino bastante más diferentes, quizás más si cabe en un país en el que vivimos bien pero no nos gustan millones de cosas del día a día... y odiamos eso de "Ay, pero así es y asi será... no se puede hacer nada... mentira... con esa mentalidad seguro que seguirá así... así que si no os saludamos a la vuelta es que somos más antisociales aún.... jejeje... es broma.
Y después de este rollazo que nos apetecía soltaros ya que nos leeis muchos y os lo agradecemos pues nada seguimos nuestro camino por Camboya esperando que nos sigan tratando como ahora.
Tardamos 9 horas en llegar incluyendo el tiempo sellando el pasaporte en la primera frontera fluvial que hemos atravesado hasta ahora en el viaje.
Camboya es otro mundo, otro mundo no solo por la amabilidad de sus gentes a pesar de lo negro de su pasado sino también porque todo es más rudimentario y pobre de lo que habíamos visto hasta ahora.
Y Phonm Penh, su capital, es una ciudad no demasiado grande donde hay varias cosas que hacer como ver sus templos de preciosa arquitectura o empaparse de su amargo pasado cuando allá hacia el año 75 se cometió uno de los mayores y más crueles genocidios de la historia del mundo donde mataron a unos dos millones de inocentes.
Este país es mayoritariamente budista y se nota en sus calles con sus numerosos templos y monjes caminando paraguas en mano para protegerse del sol o de las repentinas tormentas monzónicas.
Allí pudimos contemplar el precioso Palacio Real donde sus edificios de dorados y puntiagudos tejados destacan entre sus jardines de bouganvillas y flores.
Allí parece no existir la pobreza que hay al salir del palacio donde muchísimos niños y mutilados caminan mendigando por sus calles.
Una vez más es dificil entender para una mente sencilla como las lujosas reliquias bañadas en oro y diamantes o suelos de plata que pudimos ver en el palacio no pueden servir para disminuir la pobreza y las pésimas condiciones en las que vive este país de no más de 15 millones de habitantes.
Pero la verdadera realidad de Phonm Penh es su oscuro pasado y la pudimos contemplar en su museo Tuol Sleng o el campo de exterminio de Choeung Erk.
En 1975 el movimiento radical comunista Jemer Rojo, encabezado por su líder Pol Pot, tomó el poder. El edificioque aparece en las fotografias que entonces era una escuela de secundaria, se convirtió en la prisión de alta seguridad S-21.
Al llegar a la prisión, los detenidos eran fotografiados e interrogados sobre su pasado, después los desnudaban y les quitaban sus posesiones.Los prisioneros vivían, en condiciones infrahumanas, en pequeñas celdas, construidas en las antiguas aulas de la escuela Tuol Svay Prey y los guardias los encadenaban a la pared o a unas barras de hierro con una especie de grilletes que también podeis ver en las fotografías.
En cada habitación había una cama donde ataban a los inocentes y los golpeaban y torturaban hasta que se declararan culpables por algo que ni siquiera habían cometido, en muchos casos los acusaban de cosas tan absurdas como ser espías de la CIA o la KGB.
Dentro de la mayoría de los calabozos había muy poca luz. Las puertas y ventanas solían permanecer cerradas y estaban protegidas por alambre de espino para evitar intentos de fuga, que de cualquier manera eran prácticamente imposibles.Como hicieron los nazis en algunos de sus campos de concentración, los Jemeres Rojos documentaban las torturas a que sometían a sus víctimas, que incluían el uso de descargas eléctricas, golpes, vejaciones con instrumentos ardientes y la privación del sueño.
Muchos de los reclusos morían en la cárcel S-21, otros eran llevados a los cercanos "campos de la muerte" en el centro de exterminio Choeung Erk, a unos 15 kilómetros de Phnom Penh, donde solían matarlos a golpes porque el régimen consideraba que era necesario ahorrar balas.
El régimen que trató de establecer una utopía rural comunista –para lo que abolió el dinero y envió a millones de personas a cultivar los campos- terminó en 1979, cuando fue derrocado por el ejército del vecino Vietnam. Bendito Vietnam!!
Las secuelas de la guerra continúan, muchos niños han perdido sus piernas, sus brazos, sus ojos, debido a los millones de minas antipersonales que quedan en amplias zonas de Camboya.
Los camboyanos han esperado durante tres décadas para que se lleve a los líderes del Jemer Rojo ante la justicia pero como siempre ocurre en este mundo poco racional nunca acaban siendo juzgados y muchísimo menos pagar por lo que hicieron.
Sin embargo, tienen esperanza de que el país siga adelante y mejore, en gran parte gracias al influjo del turismo y desde luego que lo merecen.
Y aunque lógicamente cueste ir a estos lugares creemos que es superimportante que la gente que pueda vaya a visitarlos y la que no al menos se interese por lo que ocurrió y esté al tanto de que la vida no es solo "tele basura" sino que quizás indagar en el pasado histórico de los paises nos cambie un poco la manera de pensar de la vida y del mundo.
Así que esta es la realidad del mundo que os contamos una vez más desde nuestra perspectiva y como escuchamos una vez en una noticia científica... "cuando el cerebro humano aprende algo nuevo nunca más vuelve a ser el mismo físicamente sino que hay algo dentro de él que le hace cambiar".... por ello os decimos que conocer este tipo de cosas no es motivo de depresión sino todo lo contrario de crecimiento interno para volverte más luchador por las cosas y menos supceptible a problemas que a veces hasta debemos inventar en nuestro cerebro para no aburrirnos de la vida que llevamos.
Así que como siempre comentamos a medida que transcurren los días de viaje y experiencias creemos que cada vez vamos a estar menos de acuerdo con problemas habituales como... ¿qué me pongo en la boda de mi prima Juanita que es mañana y no tengo nada? (seguro que los armarios de cualquiera rebosan de ropa, sin ir más lejos el nuestro) o comentarios absurdos que cada día nos invaden en el trabajo como ¿has visto con quien se ha liado menganita? ¿mañana tirarán a Pinpin de operación triunfo?... en fin a veces parece que olvidemos como es la vida real y no la burbuja en la que vivimos...
Unos estarán de acuerdo, otros dirán que es una estupidez pero lo que bien es seguro que nosotros no vamos a volver como éramos sino bastante más diferentes, quizás más si cabe en un país en el que vivimos bien pero no nos gustan millones de cosas del día a día... y odiamos eso de "Ay, pero así es y asi será... no se puede hacer nada... mentira... con esa mentalidad seguro que seguirá así... así que si no os saludamos a la vuelta es que somos más antisociales aún.... jejeje... es broma.
Y después de este rollazo que nos apetecía soltaros ya que nos leeis muchos y os lo agradecemos pues nada seguimos nuestro camino por Camboya esperando que nos sigan tratando como ahora.
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