miércoles, 1 de julio de 2009

Ninh Binh

Nuevamente un bus tras otro nos llevaron hasta Ninh Binh, un lugar no tan turístico pero con muchísimas posibilidades.
Ese día con encontrar el lugar que teníamos pensado dormir y cenar ya tuvimos bastante ya que sin mapa, comenzar a andar sin saber cuanto de lejos está el hotel que buscas es un sufrimiento con tanto peso y tanto calor.
El bus nos dejó en mitad de la carretera general y en esos casos hay dos opciones, o coges una mototaxi con todos los trastos haciendo equilibrio y con el riesgo que eso conlleva o coges un taxi "con" o "sin" taxímetro porque te la van a clavar igual... así que como estamos hartitos que nos engañen los taxistas, caminamos que para eso tenemos piernas y con suerte encuentras las cosas rápido.
Además preguntando se llega a Roma y en Vietnam la gente está dispuestísima a ayudarte (afortunadamente para nosotros) por cualquier lado donde vayas.
Así que hotel, duchita y cena... casi como en casa. Al día siguiente alquilamos una moto por tres eurillos y medio para ir hasta Tam Coc recomendado por Erni, cosa que agradecemos, porque nos encantó.
A este lugar le llaman la Bahía de Halong seca y es un paisaje lleno de serpenteantes calles de agua a través de arrozales y montañas rocosas repletas de vegetación donde todo el cielo se refleja en el agua, un lugar más que recomendable si contamos que aquí el paseo de dos horas en barca sólo cuesta cinco euros los dos.
Además es muy relajante ya que las barcas van a remo por lo que sólo se escucha el ruido al introducir el remo en el agua y el cuá cuá de los patos.
Es un lugar infinitamente menos turístico cosa que agradecemos y es el vivo ejemplo de lo que comentábamos en la anterior entrada sobre elegir entre lo más bonito lleno de guiris o algo casi similar pero sin gente.


De ahí a comer y a perdernos por las tantas aldeas querodean este pequeño pueblo de no mas de 50.000 habitantes.
Perderse por cualquiera de los caminos que conducen a las aldeas próximas es más que gratificante, sobre todo por los niños que no paran de salir al camino para saludarte y sonreirte... les encanta saludar a los viajeros!.
Aquí se puede ver muy bien como viven del cultivo del arroz y el campo y lo duro que debe ser trabajar siempre con la humedad de los campos hasta casi la cintura.
Este paisaje nos recordaba mucho a Yangshuo en China pero evidentemente incomparable en las sonrisas que aquí te alegran mucho más el camino.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Chicos!

Se os ve y se os oye muy contentos y guapos, da gusto, con el estres de vida que gastamos por aquí!!!

¡Seguid disfrutando!

Muxus desde Donosti

Iñaki y Maite