Cuando iniciamos nuestro camino por tierras laosianas una jovencita pareja de españoles con inquietudes viajeras nos recomendo que nos pasáramos por Nong Khiaw y Muang Ngoi Neua... por cierto que éstos dos nombres no sabemos por qué (quizás contengan algo que no quieran ser pronunciados por miedo a perder el encanto del lugar) pero son los únicos nombres de lugares que en todo el viaje no hemos sido capaces de memorizar... y mira que hemos estado en lugares ya, casi rondarán los 90.
El caso es que para allí que nos fuimos, para Nong Khiaw un lugar montañoso rodeado de vegetación selvática y miles de bichejos que salen por la noche a comer.
El lugar la verdad era muy tranquilo como casi todo en Laos pero casualidad llovió bastante esos dos días por lo que los pasamos literalmente turnándonos la hamaca colgada sobre la terraza de la casa de bambú a orillas del río y deborando los libros a una velocidad nunca antes vista.
Por cierto os recomendamos "El Sari Rojo" de Javier Moro... un libro que relata a la perfección la vida de la familia Ghandi y la locura que es la India. Además tienes el aliciente de saber que éste escritor viaja muchísimo por los lugares de los que más tarde escribe por lo que en parte si lo leéis viajaréis con él a India y a esa locura que supone manejar la democracia más grande del mundo con 1.300 millones de personas.
Y bueno de Nong Khiaw no podemos decir mucho más pero sí del siguiente lugar a una hora en barco río arriba donde a parte de conocer gente estupenda con la que da gusto hablar y con la que nos sentimos bastante identificados (un abrazo Jorge, Vanesa y María) disfrutamos enormemente del lugar y sus paisajes.
De todas formas os hemos de decir que hablar de Laos en general es hablar del país más relajado que hemos visitado hasta ahora pero si además te pierdes en un lugar como éste donde a las 22.00h apagan la luz producida por generadores durante no más de 4 horas al día pues reúnes todas las cosas necesarías para disfrutar de la paz y la naturaleza.
Siempre hablamos de los niños pero es que para nosotros son un ejemplo a seguir en Laos y no comprendemos por qué en España los hacemos tontos perdidos cuando no lo son.
Quizás gente que lea ésto se extrañe y diga que mi hijo no es tonto perdido pero cuando ves que un niño para ser feliz no necesita más que trabajar su imaginación y nosotros allí nos empleamos a fondo en quitarsela dándoles consolas, televisión e internet a lo bestia te das cuenta que algo falla.
En la mente de estos niños no entra la palabra aburrimiento, esa que tanto te dicen los niños allí para hacerte sentir culpable de un problema que es suyo, bueno también nuestro por no contribuir a desarrollar su imaginación.
Aquí los niños a parte de ayudar un poquito a sus padres, algo bastante lógico en estas tierras, no paran de inventar cosas, reirse de todo y jugar con cualquier cosa durante horas como las dos niñas que aparecen en la foto con unas semillas en el suelo. Juegan a juegos en la tierra, se bañan o lo más impactactante simplemente pasean sin rumbo observando cualquier cosa que les haga pararse a jugar.
Y si claro, nosotros también sabemos que en una ciudad las cosas no son iguales pero son vagas excusas cuando todos sabemos que basta cumplir un solo añito para tener el suelo lleno de regalos que ni comprendemos... eso aunque todos lo saben y ninguno pone medidas es un fatal error para los niños como muchos otros más.
Y es que viajar de esta manera no es simplemente diversión como muchos piensan sino salirse durante unos meses, diez ya, de la sociedad en la que vivimos la cual nos absorve hasta límites insospechados que sólo notas cuando sales de ella un gran tiempo a algún país tan distinto como estos. En cierta medida Asia te ayuda a verlo pero fijaros hasta qué punto estamos enganchados a ese sistema, que hemos pasado tres meses más o menos sin ver algo parecido a lo que tenemos allí y no hemos echado de menos nada (excepto el jamón serrano y cuatro cosas más) y hoy recién entrados en Tailandia nada más ver un comercio de "7 eleven" nuestro cerebro no paraba de decirnos que fuéramos al menos a comprarnos un helado.
Como veréis en cada post escribimos lo que sentimos pero últimamente nuestros post más que relatos del lugar son valoraciones de la vida que llevamos y no queremos porque nos sentimos como nunca antes nos habíamos sentido (tranquila family que volvemos... jejeje).
Eso sí, si de algo nos ha servido estas reflexiones es para intentar llevar otra vida allí dentro de las posibilidades lo más parecida posible aquí... eso no implica no trabajar como pensarán muchos!!jejeje.
Y pocos dias después tras paseos increíbles por arrozales de verde infinito como le llama Maider (ese verde que nunca se cansa de comentar y que echará muchísimo más de menos de lo que la gente imagina), bañarnos en aguas recién salidas de la montaña y charlas y charlas con gente que siente como tú, no nos quedó más remedio que dejar éste precioso lugar para hacer caminito hacia Tailandia.
Por lo que desde este pueblo perdido en el norte de Laos y tras varios medios de transporte llegamos a Luang Nam Tha donde a parte de raptar todo el día a María (esperamos volver a verte algún día porque nos gusta la gente como tú) para saciar nuestras ganas de hablar con gente como ella y comer acompañados de una pareja muy agradable de italianos y un experto viajero londinense (tendrá más de 50 años y no ha parado nunca de viajar) no hicimos mucho más.
Así que a pocas horas de cruzar a Tailandia si nos preguntarais como resumiros Laos, diríamos que viniérais a comprobarlo, pero mejor que no... es mi tesoooorooooooo!!!
domingo, 23 de agosto de 2009
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1 comentario:
Hola Jose y Maider,
ya estamos de vuelta y para recordar un poco del viaje me he metido en vuestro blog, sin más deciros que ha sido un placer haberos conocido y que disfrutamos mucho compartiendo las sensaciones que tuvimos alli con vosotros de ese maravilloso paseo...
Ya esta el blog en mis favoritos y cuando vuelva a la oficina haré lo mismo para intentar que las cosas pensandas y vividas no pasen de manera demasiada fugaz en nuestras cortas vidas.
Muchos abrazos y besos
Jorge y Vane
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