Ya estamos en Chiang Mai y os juramos que hemos intentado no prejuiciar sin conocer así que nada más llegar intentamos buscar un sitio que no estuviera en la zona mega super guay del universo para afrontar con más ganas la ciudad que se nos presentaba.
Chiang Mai es una gran ciudad, según la guía un millón y medio de habitantes (no se yo) con un centro histórico repleto de templos de una arquitectura exquisita.
Nosotros nos alojamos en la parte central de la ciudad rodeada de una especie de canal de agua con muchos árboles, esta parte parece prácticamente un pueblo con callejuelas con casas bajas con jardín. Si te alojas en esta parte la verdad es que no parece que te encuentres en la ciudad y todo se hace muchísimo más agradable.
Nuestros primeros pasos por la ciudad bastaron para ver que no es lo que nos gusta pero bueno el lugar bien se merece una visita. Decimos que no es lo que nos gusta porque odiamos ver como todo está repleto de un turismo irrespetuoso y sobrado, al menos la gran mayoría.
También utilizamos el tiempo en buscar un hotel mas tranquilito porque el que la guía aconsejaba daba penita, no por sucio sino por el tipo de gente.
Las siguientes horas de la tarde las utilizamos para empezar a comprobar que esta ciudad merece la pena sólo por sus templos... eso sí por nada más.
Al día siguiente decidimos alquilar unas bicicletas por el irrisorio precio de 60 céntimos de euro cada una (yo para eso las daba gratis...) y pedaleamos y pedaleamos hasta completar la visita de un grandísimo numero de templos, tanto fué así que creo que ya vamos serviditos por unos días de estos lugares tan llenos de paz de color dorado.
La verdad es que si no fuera por el masivo turismo que hay en Tailandia no creemos que fueran capaces de mantener tanto templo ya que todas las visitas son gratuitas.
Muchas veces Maider y yo comentamos que un lugar no nos hace felices solo por sus encantos paisajisticos o arquitectónicos sino por lo bien que nos den de comer y dormir, es decir, que la satisfacción de un lugar es gran parte debida a estas dos cosas tan importantes para nosotros.
Y si al menos alguna no está demasiado bien las otras deben acabar de llenar la balanza.
Dormir dormimos bien ya que abandonamos el primer lugar para buscar otro, el lugar era aseado y muy tranquilo como nos gusta pero lo de comer la verdad es que hacía mucho que no comíamos tan mal... quizá sea casualidad o quizá como decía Rafa estábamos ya precondicionados a encontrar un mal sitio... jejeje.. la cosa es que no comimos nada bien con las ganas que teníamos de comer cocina Thai.
Menos mal que estos templos tan espectaculares acabaron de llenar la balanza esa que tanto utilizamos para valorar un lugar.
Así que si os gustan mucho los templos y no os importa ver desigualdades sociales mientras un guiri se infla de cerveza con la mano pasada a través de la espalda de alguna Tailandesa no demasiado sonriente no dudeis que esta es vuestra ciudad!!
sábado, 29 de agosto de 2009
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