sábado, 29 de agosto de 2009

Chiang Rai

Ya llevamos unas cuantas fronteras de esas absurdas a nuestras espaldas y decimos absurdas porque para nuestro entender (de momento seguimos apostando por la razón) las fronteras las delimitan las costumbres y culturas no unas simples rayas imaginarias por la tierra.
Pues eso, que tras cruzar un río todo nos decía que habíamos abandonado el país que nos ha conquistado el alma, el país que nunca olvidaremos, aquel que nos ha hecho sentir más paz interior de la que imaginábamos. El país con un gran punto blanco en el centro de su bandera, el punto de la pureza que esperemos jamás le roben los turistas.
Tailandia o Thailand como aparece escrita en medio mundo es otro mundo... de momento ya no nos miran con esa mirada “curiosa” y tan pura, sino que aquí el turismo ha conseguido que no te miren... entendámonos no es que nos gusta que nos miren pero cuando ni te miran a la cara para poner un sello sobre tu destrozado pasaporte algo indica que no es lo que nos venía pasando estos meses atrás.
Eso sí aquí todo es fácil para el turista y estamos encontrando más precios marcados de lo que pensábamos por lo que ya de momento pierde vidilla... jejeje.
Cruzamos desde Laos con un tipo extraño con gafas más grandes que su rostro y una enorme barba y pelo blanco no cortada desde hace mucho tiempo... parecía un motero americano arrepentido de quemar combustible por un país tan grande como el suyo... el caso es que estaba más que acostumbrado a realizar ese tramite porque según nos enteramos vivía desde hace tiempo en Tailandia (aunque era inglés de nacimiento) y escapaba a Laos ya sabemos para que... para sentir paz fijo, esa paz que aquí de momento es imposible de sentir por muchos mega super restaurantes chill out que monten a cada paso.


Tailandia dicen que es el país de las sonrisas pero eso sí, si uno viaja a menudo se da cuenta que hay sonrisas y sonrisas.
Nuestra primera impresión fué Chiang Rai un pequeño pueblo de unos 40.000 habitantes a tres horas de la frontera laosiana, y bueno la verdad es que todo se volvió de nuevo tan fácil... creo que a estas alturas del viaje eso es lo que nos hace sentirnos menos vivos. Los primeros días se agradece encontrar un helado de nata con nueces pero en cuanto pasan tres días te das cuenta que esos pequeños detalles sumados a gran escala es lo que te hacen estar en un país diferente, es decir, que aquí en quince días parece que estés en España pero con gente asiática por todos los lados, vamos que no te falta de nada, tienes todo lo que quieras a buen precio y para nuestro parecer eso es lo que hace convertir al país en un gran centro comercial donde todo se puede pagar con dinero ya sea tailandés, estadounidense o europeo.
Seguramente el que venga a Tailandia por primera vez en su vida sin haber visitado ningún país asiático flipe un rato... pero nuestra opinión es que sí, será todo lo fácil que tu quieras pero esa facilidad es lo que le roba encanto... los que hayan estado en otros países asiáticos ya saben de que hablamos. Y no vamos a irnos a los extremos para decir que mola más China (entre otras cosas porque como me oiga Maider me mata.. jejeje) pero de momento esa sensación de irrealidad nunca la habíamos sentido.
Pero a lo que íbamos, Chiang Rai es un pequeño lugar llenísimo de restaurantes y guesthouses (eso sí limpísimas y con todos los servicios a buen precio) donde puedes pasear y cruzarte con gente que cuando te pregunta algo segurísimo que quiere algo a cambio, algo que en Laos habíamos olvidado.
Como una tarde que nos alejamos de la zona turística para adentrarnos en un mercado local donde solemos ir a menudo ya que en estos lugares puedes ver la verdadera vida de los habitantes de cualquier ciudad (fuera del turismo) y se nos acerca un chico con una grieta enorme en sus lentes y nos dice...

- Hello How are you?
- Fine and you?
- Ohh very good
- Where are you from?
- We are from Spain....
- Ohh Spain,... lo típico te nombra 500 futbolistas sin saber que te importan tres cojones.. pero bueno tu eres educado y le sonríes...
- yes yes...villaaa..ummmm very nice....

Cuando se le acaban las 4 frases te dice...
- Where do you go?… lo normal sería decirle... a ti que te importa no?? pero bueno sigues con tu educación normal y le dices...
- We want to walk... cosa que no comprenden y no porque no entienda la frase... al final de todo empieza a decirnos que si nos hace de guía por la ciudad (una ciudad que en realidad no tiene nada), que mejor él nos lleva a alquilar una moto para ir a ver a las mujeres jirafa para que te saques unas fotos etc..
Bueno pues nada que toca ponerse ya borde y dejar la educación a la que estábamos acostumbrados en el resto de países....yes yes yes... sorry... bye bye... we d´ont want nothing.. thank you...y te vas sin mirale porque si no te sigue... odiamos tener que ser así pero te obligan y si no que se lo digan a cualquiera que ha estado en India.

Así que como a este juego ya hemos jugado en muchos países pues aunque parezcamos desagradables pues directamente les decimos nooooo y te ahorras unos minutos que podrías destinar a cualquier templo o conversación con algún lugareño más “aportante” (creo que nos hemos inventado esta palabra).
La verdad es que es difícil transmitir estas sensaciones cuando parten de una pareja bastante influenciada por el mundo en estos últimos 10 meses pero espero no malinterpretéis nuestras palabras, entre otras cosas porque sinceramente nadie es igual a nadie... no hay que equivocarse.. os queremos a todos pero no somos como la mayoría de gente así que si pensabais venir a Tailandia... adelante!! seguro que todo es diferente en vuestro cerebro... de hecho China no fue igual en mi cerebro (Jose) que en el de Maider que aunque seamos muy parecidos no ponemos en la balanza de la vida los mismos intereses experimentales.

Aleeee otra vez nos hemos ido del hilo de descripción....¿Os dais cuenta que últimamente os metemos más rollos que describiros el lugar? Pues eso es lo que pasa por nuestra mente... así que os aguantáis!!

La verdad es que cada cambio es super importante para nosotros ya que con él aprendemos a comparar y valorar las cosas y hacemos trabajar a la razón eso que tan poco se suele usar últimamente en la vida común. Y suena a utópico pero sí que hemos cambiado con este viaje sobre todo interiormente y si algo vamos a trabajar a nuestra vuelta en la vida personal de los dos es a trabajar más con la razón y menos con el resto de cosas que la sociedad se ha encargado de tomar como valores que en realidad no lo son... y si algo hemos aprendido de estos viajes por Asia es que no hay que equivocarse porque las cosas “no las vemos tal y como son sino tal y como somos”.

Alaaaaa otro post sin hablar de Chiang Rai... bueno quizás si no hemos hablado será porque no nos haya impactado ¿no?
Besos a todos... os queremos!!

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