Por estas tierras hubo dos grandes civilizaciones anteriores a los Incas, la cultura Moche con sus preciosas ruinas Huaca del Sol y Huaca de la Luna y la cultura Chimú con sus famosas ruinas de Chan Chan. Ambas nos dejaron alucinando pero vayamos por partes.
Desde Trujillo fuimos al Valle Moche donde se encuentran los restos de dos grandes vestigios de la cultura Moche de hace unos cientos de años. Allí se encuentran las ruinas de Huaca del Sol y Huaca de la Luna. Debido a la falta de presupuesto (ya les podían pasar algo de esos 200.000 dólares diarios que ganan en Machu Picchu) solo está desenterrándose Huaca de la Luna, un antiguo templo donde se celebraban rituales y sacrificios (incluso humanos) a través del máximo poder en la jerarquía Moche de la época "el sacerdote Moche". En manos de este personaje estaba la
Esa cara colorida que se ve en casi todos los pasillos y habitaciones del templo es el dios Ai Apaec a quien los moches adoraban y temían al mismo tiempo pues creían que en su poder estaban los fenómenos ambientales de la tierra, de hecho cuando había un terremoto (algo muy común en esta zona de Perú) los moches creían que Ai Apaec tenía hambre y era entonces cuando sacrificaban algún humano joven para que este dios saciara su sed.
Podemos hablar y hablar de la alucinante cultura Moche pero dejaremos que el tiempo y la inversión de dinero lleguen a este lugar porque perfectamente se podría convertir en un lugar incluso más visitado que Machu Picchu.
Como prueba de ello deciros que la Huaca del Sol aquella que se ve detrás de la foto ni tan siquiera se ha tocado, o sea que allí dentro hay miles de antigüedades de la cultura Moche sin descubrir ¿no os parece increíble saber que hay todo un valor arqueológico en aquel lugar y no poder extraerlo por falta de presupuesto? todo esto sabiendo que en Machu Picchu se gana tanto no tiene explicación.
A pocos kilómetros en dirección opuesta al Valle Moche se encuentran los nueve palacios Chimús de Chan Chan. Por el mismo motivo de presupuesto sólo se ha desenterrado y restaurado uno de ellos.
Para los Chimús su dios era la luna y de ella obtenían información sobre mareas para poder pescar. El sacerdote Chimú era tan adorado por su pueblo que cuando moría sacrificaban con él a toda su corte y sirvientes así como
Desgraciadamente el recinto funerario del sacerdote Chimú más importante fue saqueado por los colones españoles de la época llevándose máscaras de oro y joyas valiosas que se enterraban junto al sacerdote.
Algo que nos llamó mucho la atención y que es una muestra viva de la época son los feos perros sin pelo peruanos. Son originarios de Perú y tienen la capacidad de curar enfermedades como la artritis por el calor que desprenden en contacto con la piel humana. Tienen dos grados más de temperatura que cualquier otro perro para contrarrestar la falta de pelo. Este en concreto tenía tres pelillos en su calva como Homer y a Maider le costó varios minutos
Y a tan sólo diez kilómetros de Trujillo está el bonito y tranquilo pueblo pesquero de Huanchaco. Allí disfrutamos de la playa, sus ceviches, de las relajantes puestas de sol sentados en cualquier terraza y de la amabilidad de sus gentes. Aquí aún se sigue utilizando para pescar una barca hecha de una especie de junco o caña seca llamada totora. Esta ya era utilizada por los Chimús y soportan muy bien el oleaje por su forma puntiaguda, eso si, se debe hacer
una nueva cada cierto tiempo pues los juncos se pudren con el tiempo. Así que que mejor forma de despedir este precioso país que tan bien nos ha tratado que con la última puesta de sol recordando cada lugar que visitamos aquí. Sólo nos restarían pues doce horas para llegar a nuestra primera parada en Ecuador "Cuenca".
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