Este barrio es bastante pijo y los precios europeos circulan por centros comerciales, restaurantes, librerías, alojamientos y cafés. La verdad es como el oasis de los pijos dentro de Lima, una ciudad bastante sucia y contaminada. Es una vez más la doble cara del Perú pintada en su gran capital.
Salir de Lima es algo así como una hora sin desear salir del bus por la cantidad de casas construidas con cualquier material que vas viendo por la ventana, eso demuestra que Miraflores es una irrealidad dentro de Lima pero donde viven miles de personas en esta ciudad de casi ocho millones de habitantes. Aquí aprovechamos para comprar ropa, semillas naturales del Amazonas para hacer artesanías, comer riquísimos ceviches y hacernos un par de gafas graduadas ya que las que teníamos se fueron con la mochila. Y cuatro días fueron más que suficientes para embarcarnos en el ajetreo de Lima y sentir la sensación de vivir en esta grandísima ciudad peruana.
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