sábado, 6 de diciembre de 2008

Salta, Humauaca, Iruya

Desde Colonia Carlos Pellegrini cogimos de nuevo el destartalado colectivo que nos llevaría de regreso por el camino empedrado hacia Mercedes, el pueblo más cercano a la colonia. Una vez allí cogimos otro colectivo hasta corrientes y allí a su vez un superconfortable autobús que nos llevó hasta Salta.

Salta es una gran ciudad, quizá la mas importante del norte andino Argentino y tiene una mezcla de edificios coloniales y locales bastante notable. Es quizás la ciudad con más gente joven en la calle que hayamos visto nunca y tiene una energía alucinante.
Como siempre que llegamos a una ciudad nos alojamos lo antes posible cerca del centro para poder movernos cómodamente. Caminamos hacia el mercado donde comimos dos cosas típicas del norte, los tamales y las humitas que son dos tipos de pasta de maíz dulce y a veces algo picante que se cocina hervido dentro de la propia hoja de mazorca.

Dos días en Salta fueron suficiente para desear volver a viajar hacia lugares más relajados.
Cinco horas después en uno de los viajes en bus más atractivo que hemos hecho a través de la famosa quebrada, llegamos a Humahaca, un pequeño pueblecito a 3000 metros de altitud donde la tranquilidad solo era rota por el chocante paisaje lleno de cardones (cactus de la región que vive mas de 100 años de media y del que sacan la única madera que usan para sus construcciones) y enormes cañones de torres rojizas de rocas de varios colores dependiendo del mineral del que están formados.
El aspecto de sus habitantes era básicamente Boliviano cosa que no es de extrañar debido a la cercanía a la frontera de Bolivia.


Desde Humahuaca decidimos ir a un pueblecito a 3 horas por un serpenteante camino de montaña de piedras y arena a través de las enormes montañas en un bus con un conductor con manos de oro. El trayecto fue impresionante donde el autobús giraba con absoluta destreza por las curvas de 360 grados en ocasiones y donde sacaba medio autobús por el precipicio. Fue tan guapo el viaje que al llegar a la placita del pequeñísimo Iruya un matrimonio de turistas que viajaban en el asiento delantero le dieron un gran beso al conductor diciéndole…”Que trabajo tan valioso y espectacular haces”… el conductor con su boca llena de hojas de coca sonrió dejando ver sus pocos dientes que le quedaban…suponemos de la coca y no de los piños con el bus…jejeje

Iruya sin palabras…cada vez vemos que los lugares mas inaccesibles y mas complicados de llegar al final son los más auténticos y sencillos. El pequeñísimo pueblo esta encalado entre montañas de muchísimos colores..rojos, rosas, verdes azulados, grises, naranjas…difícil de ver en las fotos pero si en realidad.


Cuando nos cansábamos de pasear nos íbamos al parque a ver jugar a los niños y en cuanto cogieron confianza les decían unos a otros..”Decíle al turista que te suba”..refiriendose a los enormes columpios que había en ese parque…el tobogán era impresionante y no tenia en el suelo material acolchadito ni estaban las madres alrededor de los niños como ocurre allá, pero la vida sigue igual.

Allí terminaba la serpenteante carretera de piedra que a veces atravesaba el río por su lecho por lo que a partir de allí para ir a los pueblos de alrededor había que hacerlo a pié. El más cercano estaba a 3 horas de ida y muchos niños lo hacían diariamente para ir al colegio pero lo alucinante es que había otros pueblos que se necesitaban varios días para llegar y donde vivía gente..La propietaria del hostal “Mirta”nos decía que lo difícil no era ir sino llevar los materiales para construir casas como cemento y ladrillos.
Alucinante a estas alturas de la vida saber que aún existe gente que no sabe nada más del mundo…quizás hasta sea mejor..

Regresamos a Humahuaca y paseamos por última vez por sus bellos alrededores, caminamos hacia el mercado..nos gusta ir a los mercados porque allá se ve claramente como viven las gentes del lugar..y en este caso comen cantidades ingentes de gusanitos, ganchitos o no se como le llaman aquí pero creemos que “el Chino” aquí estaría la mar de contento…¿no? Jejeje..creemos que con un saco de esos azules tendría bastante ¿no?
¡Ojala pudiéramos llevarte uno Chino!, pero no va a poder ser.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola chicos! La verdad es que no habíamos entrado todavía a vuestro blog y no tengo palabras es... IMPRESIONANTE!! Nos ha encantado, muchas gracias por compartir vuestro viaje con nosotros. Feliz Navidad y esperamos que empeceis el año nuevo tan bien como vemos que estais acabando el viejo.

Un beso muy fuerte,

Vampi y Vivi

PD: La mayor envidia que nos dais es por no poder probar ese vinito,jejeje