Tilcara y Cafayate

Desde Humahuaca bajamos de nuevo hasta Tilcara, un lugar similar en cuanto a paisajes pero bastante más turístico y lleno de mochileros y otros especimenes… donde descansamos un par más de días y aprovechamos para ir a Maimará, un pequeño pueblecito muy cerca de Tilcara y donde desde su cementerio se aprecia muy bien “la paleta del pintor” , un cerro llamado así por sus imaginadas pinceladas sobre la roca..es el cerro detrás de la sonriente Maider.

Nuevamente en lo que será muy común en estos meses que viajamos por el mundo..monta mochila de nuevo y ale.. a otro lugar…esta vez llamado Cachi también a través de un precioso viaje por lugares desiertos llenos de centinelas (cardones).

Allí nos alojamos en un hostal muy acogedor y donde conocimos a Patrice, Katharina y Hugo..3 viajeros Canadiense, Austriaca y Madrileño respectivamente con los que compartimos unas agradables veladas y con los que decidimos viajar unos días por la famosa ruta del vino de la región de Cafayate, uno de los lugares con viñedos a una mayor altitud, lo que consigue vinos muy afrutados pero de alta graduación alcohólica.

El viaje de 5 horas de Cachi a Cafayate impresionante a través de las quebradas Calchaquíes..como no por una ruta de piedra y arena que dicen no es muy accesible e algunas ocasiones.
Demos gracias pues a la suerte porque si no nos hubiéramos conocido quizás no hubiera probado el excelente “Torrontes” (variedad de uva que da nombre a ese vino blanco seco, afrutadísimo, lleno de toques florales y con una gradación alcohólica que ni se nota) y no por no probarlo sino porque como a Maider no le “gustaba”el vino pues no teníamos decidido hacer esta ruta pero que al final resulto gustarle.

También es cierto que no es lo mismo abrir una botella de vino que recorrer sus bodegas, sus viñedos, su elaboración explicada detalladamente y unas catas con los aportes técnicos de el guía..cosa que se agradece cuando uno aprende de esta maravillosa bebida..Probamos uno que segurísimo allá haría estragos entre las chicas sobre todo porque juntando el clima, la altitud y la recolección tardía logran elaborar un vino seco pero dulce a la vez y resulta realmente interesante saborearlo mientras recuerdas sabores a plantas y frutas… así que ya sabéis..”torrontes cafayate de cosecha tardía” para un buen aperitivo o acompañamiento de ensaladas frescas.
Los tintos no están mal pero sin más…nada que envidiar a un buen Somontano, Ribera del Duero, Alicantino o cualquier vino jóven bien elaborado.