Tras la despedida de Buenos Aires cogimos un avión desde Aeroparque (desde donde salen los vuelos internos por el país) y llegamos a Río Gallegos donde tomaríamos un bus hasta El Calafate, el pueblo más próximo a uno de los glaciares más accesibles del planeta… el famoso Perito Moreno.
Nos costó mucho encontrar un vuelo acorde a nuestro bolsillo porque acá en Argentina la mayoría de las compañías aéreas cobran más del doble del billete de avión por ser Europeo… parece ser que piensan que todos tenemos el mismo dinero allí. Al final lo encontramos por internet y volamos el día 25 por la noche.
Al llegar al Calafate volvimos otra vez a ser turistas… algo que se nos olvidó en Buenos Aires donde nos sentimos como en casa. Y como buenos turistas hay que pagar hasta por mear… Caminar por las calles de Calafate es ver restaurantes, tiendas de artesanía y agencias de viajes que organizan todo tipo de excursiones pero a precios Europeos…
Como ni compartimos ni queríamos gastar una enorme cantidad de dinero en agencias sangrantes buscamos un colectivo desde la estación de autobuses hasta el parque natural y tras pagar la entrada (casi 4 veces más cara para un Europeo) circulamos por un camino entre montañas que cada vez se oscurecía más debido al tiempo super cambiante, algo muy común en esta zona de la patagonia.
Nos costó mucho encontrar un vuelo acorde a nuestro bolsillo porque acá en Argentina la mayoría de las compañías aéreas cobran más del doble del billete de avión por ser Europeo… parece ser que piensan que todos tenemos el mismo dinero allí. Al final lo encontramos por internet y volamos el día 25 por la noche.
Al llegar al Calafate volvimos otra vez a ser turistas… algo que se nos olvidó en Buenos Aires donde nos sentimos como en casa. Y como buenos turistas hay que pagar hasta por mear… Caminar por las calles de Calafate es ver restaurantes, tiendas de artesanía y agencias de viajes que organizan todo tipo de excursiones pero a precios Europeos…
Como ni compartimos ni queríamos gastar una enorme cantidad de dinero en agencias sangrantes buscamos un colectivo desde la estación de autobuses hasta el parque natural y tras pagar la entrada (casi 4 veces más cara para un Europeo) circulamos por un camino entre montañas que cada vez se oscurecía más debido al tiempo super cambiante, algo muy común en esta zona de la patagonia.
Al llegar al parking de buses y comenzar a descender por las pasarelas empezamos a alucinar con la enorme masa de hielo azulado que estábamos viendo. Cada paso que dábamos alucinábamos más… es algo indescriptible que solo sabe quien allí haya estado, es naturaleza en su puro estado salvaje.
Con una superficie de 257 km2 esta enorme masa de hielo se desplaza casi 2 metros por día en el centro del glaciar y 40 cm en sus laterales por eso es posible observar constantes desprendimientos de hielo que hacen un ruido espectacular al resquebrajarse y caer al agua o chocar con otros trozos de hielo.
El frente del glaciar es de unos 5 km, el largo de unos 14 km y esta sumergido unos 180 metros viéndose en las paredes frontales bloques de unos 55 metros de altura.
No podemos describir la sensación al escuchar como quiebra el glaciar… es algo similar a un disparo seguido de un ruido quebradizo pero es alucinante.
Allí nos quedamos disparando fotos cual chino con cámara nueva (o tal Mónica con cámara en mano que para el caso es lo mismo.. jejeje) y hasta que llegó la hora de irnos no dejamos de mirarlo… son cosas de esas que no te cansas de mirar, es lo que tiene la naturaleza.
Y bueno Calafate no tiene mucho más que ofrecer a parte de frío y un atardecer interminable donde nunca termina de ser oscuro… es más a las 12 de la noche parece que sean las 20 y sin oscurecer totalmente por el horizonte comienza de nuevo a iluminarse el día a las 3 y media o 4 de la madrugada, algo bastante extraño para nosotros.
Desde aquí como las carreteras son bastante intransitadas teníamos 2 opciones para seguir subiendo lo que descendimos rápidamente en avión.
O cogíamos un bus por la costa hacia el norte por caminos asfaltados o hacíamos un viaje duro de 2 días sin parar en bus pero a través de uno de los paisajes más alucinantes de toda la patagonia por la famosa ruta nacional 40… ¿adivináis la decisión no?
Pues si la ruta 40… no es que nos guste lo difícil sino que pensamos que las cosas autenticas hay que sufrirlas para verlas… así que allí que nos vamos en lo que probablemente será el viaje más largo que hayamos hecho jamás en un bus.
3 comentarios:
Hola chicos, estamos viendo mi herman Blanca yo, la página web, y estamos alucinando con los paisajes y las fotos.
Es espectacuular, os envidiamos las dos.
Garcias por dejarnos ver las maravillas que ehay por el mundo.
un beso muy fuerte y cuidaros mucho.
Ana y Blanca.
Ni que decir tiene que yo seguro hubiera hecho mas fotos.... jaja. Estamos encantados con las vivencias que enviais y con las fotos, que son el claro reflejo de lo que contais.Seguid bien, desde aqui os enviamos un beso muy fuerte y los mejores deseos para el nuevo año, que esperemos sea mucho mejor que el pasado. Os echamos de menos. Volveis ya? jajaja.lo dicho, disfrutad. Borja y moni
no me esperaba menos de vosotros! :) os gusta la aventura!!! chicos a que temperatura estabais en el glaciar? si no he leido mal me parece que no habeis dicho la temperatura. un besito y hola de parte de jaime que mañana acaba examenes y no sabeis que ganas tiene!! puñeteros examenes!jeje el aita se ha ido a jugar a tenis!
os queremos!!!
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