domingo, 29 de noviembre de 2009

Amed

Bali nos ha parecido uno de los lugares turísticos más interesantes de todo el viaje y es que ofrece todo lo que el turista o viajero demande.
Hemos estado poco tiempo en Bali como para poder decir como es el lugar pero en nuestros 17 días por allí nos hemos dado cuenta que Bali es una isla para todo tipo de viajeros. Amed fue una grata sorpresa.
Amed es un
lugar de playas de arena volcánica, prácticamante negra con los mejores lugares para hacer snorkel que hemos visto en todo nuestro viaje.
Meter la cabeza bajo la cristalina agua es alucinar con el fondo marino lleno de corales de todos los colores inimaginables.
Desde que nos bautizamos como buceadores en Colombia no habíamos visto una riqueza marina tan colorida como en esta zona de Bali, pero vayamos por partes...
Uno de los negocios más grandes que tiene Bali es el transporte por esta pequeña isla, que lógicamente debería ser barato como el resto del viaje pero "casualmente" aquí no existe el transporte público que hemos conocido hasta entonces, comunmente llamado bus... pues no, aquí hay dos opciones:
O coges un transporte privado osease taxi y negocias un precio no demasiado elevado
O bien para hacer 70 kilómetros te hinchas a coger "bemos" que son unas furgonetillas que hacen de transporte público pero que se aprovechan del turista tanto que casi no sale a cuenta.

Así que después de este rollazo agarramos un transporte privado por unos 17 euros para unas d
os horas hasta Amed que en realidad es carísimo si cuentas que en Asia el transporte suele ser un euro por hora de trayecto.
El caso es que nos plantamos en Amed que curiosamente no nos causó muy buena primera impresión pero que una vez fuimos conociéndolo nos cautivó enormemente.
Fuimos a parar a un alojamiento que nos había recomendado Bea, la chica valenciana que conocimos en Ubud, y vaya si estaba bien... un lujazo... de hecho creo que pondremos un vídeo del lugar para que lo veáis, porque no tiene desperdicio...
Alquilamos una moto y un para de aletas para poder hacer snorkel todos los días porque allí como os contamos es el paraíso del snorkel.
El primer día nos fuimos hasta Tulamben, una zona más hacia el norte, con la moto y contemplamos más de cerca el volcán qu
e nos acompañó lleno de colores rojizos de fondo durante nuestros atardeceres en la terraza. Allí también hicimos snorkel en un lugar que paramos con la moto cerca de la carretera.
Al principio pensábamos que por las características del entorno el fondo marino se vería algo oscuro pero conforme nos adentrábamos alucinábamos de la profundidad que dejaba ver esas aguas tan cristalinas, qu
izás 15 ó 20 metros con facilidad, el agua era tan limpia que hasta daba algo de vértigo sentirte así flotando a esa altura del fondo.
Vimos peces payaso, peces globo, barracudas, morenas, pulpos y mil peces de nombres desconocidos para nosotros pero que no parábamos de admirar por sus bonitos colores.
Por cierto a nuestro parecer ni Tailandia ni leches, en este lugar encontraréis lo que no existe en esos lugares tan famosos.
Nuestra vida era... desayuno... snorkel ...comida ...snorkel ...atardecer ...cena ...dormir ... así día tras día sin aburrirnos lo más mínimo.
Los atardeceres eran agradables porque las playas se llenaban de niños que terminaban el cole y claro no paraban de jugar con nosotros y de pedirnos que les dejáramos las gafas de bucear con el tubo... Maider y yo comentábamos lo educado
s y obedientes que eran pidiéndonos permiso entre ellos para pasarse las gafas... igualito que los niños españoles...

Allí la gente es bastante humilde y quien no vive del turismo tiene pocos ingresos que se aprecian en el estado de sus casas o más bien chabolillas.
El que no vive del turismo sólo le queda el mar y la pesca porque allí casualmente hay un clima extraseco y no llueve casi como para plantar y cultivar... por la tarde los niños más pobres salen en busca de turistas que les compren una bolsita de sal (los padres sacan cada día cubos de agua que depositan sobre bambús abiertos por la mitad para que con el sol seque y puedan extraer la sal).
Así que poco más podemos contar de este lugar al que pensamos volver ya que nos quitó algo de dentro y se quedó allí para que volvamos a recogerlo...


viernes, 20 de noviembre de 2009

Ubud

Continuamos nuestro viaje de Yogyakarta hasta la isla de Bali en un autobús de unas dieciséis horas que no resultó tan pesado como esperábamos. Entrar en la isla de Bali es entrar en otro mundo ya que la vegetación parece que intente apoderarse de todo el espacio que el hombre crea y la religión hinduista balinesa, única en el mundo, ofrece unas construcciones en sus templos y viviendas que no habíamos visto hasta ahora.
Llegamos temprano a Denpasar y de allí nos dirigimos con una bemo, la típica furgoneta balinesa, hasta Ubud donde nos alojamos.
La oferta de alojamientos y restaurantes una vez más nos dejó con la sensación de volver a otro de esos destinos tan turísticos que hemos ido encontrando a lo largo del viaje, pero después de pasar una semana en Ubud y recorrer sus alrededores nuestra primera impresión cambió.
Lo que hace todo el mundo es alquilar una moto ya que por unos 3,5€ la tienes a tu disposición para todo el día y eso es lo que hicimos nosotros también. Con ella nos movíamos como si fuera ya nuestro pueblo y la usábamos para todo ya que muchos de los alojamientos se encuentran dispersos por toda el área de campos de arroz que forman Ubud.
Todos los días íbamos a comer a un warung, que son los restaurantes de comida local y comiendo en nuestra misma mesa estaba Alberto, un chico sevillano que justo empezaba su viaje de seis meses por el sudeste asíatico, con el que conectamos al instante, tanto que empalmamos comida y cena charlando de nuestras inquietudes que coincidían con las suyas. El estaba esperando a que llegaran sus dos amigos Almu y Adrián para juntos empezar su aventura. A los dos días ya eramos un grupo de seis españoles, junto con Bea otra valenciana que también comenzaba su viaje y con quienes nos movimos juntos con las motos por los alrededores de Ubud.
Visitamos el famoso templo de Tanah Lot situado en una islita a la que solo se puede acceder con marea baja.
Al norte de Ubud se encuentra el templo Tirta Empul donde los balineses van a purificarse entre baños y ofrendas en hojas de bananas. El hinduismo balinés mezcla la creencia en dioses hindúes, animistas y dan culto también a santos budistas, por lo tanto es curioso ver mezclado un dios hindú junto a un buda. Y entre risas y charlas iban pasando los días tan relajadamente para todos.
No pensábamos que Bali tuviera tantos campos de arroz y algo común es que en este viaje es que nunca nos cansamos de verlos y admirarlos hasta que el sol se esconde y va apagando progresivamente ese verde que nunca olvidaremos.
El último día como ya no estaban la cuadrilla de españoles ya que continuaron con su viaje, paseamos por los campos de arroz y nos paramos a comer en el Sari Organik un restaurante con comida orgánica más que recomendable. Si ya de por sí aquí la comida es sabrosa imaginaros el sabor de los platos de este restaurante.

Yogyakarta

Un vuelo nos llevó desde Medan a Jakarta, la capital de este gran país, en un periquete y nuevamente estábamos rodeados de edificios enormes en una ciudad muy grande, de casi nueve millones de habitantes...
Compartimos un taxi desde el aeropuerto con un matrimonio de mochileros jubilado, eso si, lógicamente no eran españoles... o al menos sería bien extraño ya que estos prefieren Benidorm & company.
La llegada a parte de ser de noche no fue muy grata ya que la zona barata de alojamientos estaba en medio de una zona de fiesta nocturna llena de guiris borrachos con indonesas fáciles, así que como todo el mundo nos había dicho que Jakarta no tenía gran cosa decidimos dormir como pudimos y despertarnos temprano para ir a la estación de trenes a comprar un billete para Yogyakarta.

Yogyakarta es una pequeña ciudad en mitad de la isla de Java con mucho movimiento y gente joven. Esta ciudad está repleta de pequeños mercados y centros comerciales y mayoritariamente es la cuna de la técnica de teñido de telas Batik. Esta técnica consiste en aplicar capas de cera sobre las zonas que no se desean teñir, fijando la pintura en las zonas no enceradas. Este proceso se puede repetir tantas veces se desee incluso sobreponiendo colores... obviamente es un resultado espectacular. Dentro de este tipo de técnica existe, como todo, diferentes calidades incluso muchas de ellas hechas con un estampado con máquinas más económicas. Aún así es realmente barato comprar un trabajo como éste que allí valdría algo impagable.

Desde Yogyakarta o comunmente llamada Yogya hay varias cosas para hacer entre ellas visitar Borobudur y Pranbanan, dos restos arqueológicos de dos importantes religiones bien diferentes. Borobudur es una estupa budista con forma piramidal considerado el monumento budista más grande del mundo y fue construido hacia el 750. Es un lugar de peregrinaje budista o al menos eso dicen los textos ya que nosostros solo encontramos turistas musulmanes, algunas de ellas incluso con burka, algo muy chocante para nuestros ojos.
Durante años estuvo cubierto de vegetación y capas de ceniza volcánica ya que tras la conversión de los javaneses al islamismo fue abandonada recuperándose para el 1814.
La visita fue entretenida pero nada comparable a otros templos budistas visitados... no es que seamos muy exigentes pero cuando ves otros lugares más bonitos y recientes pues no sorprende tanto.

Al día siguiente visitamos Prambanan, un conjunto de 240 templos dedicados a Shiva. El problema era que al entrar sólo había en pié unos cuantos templos desde que el terremoto del 2006 mandó todo al suelo.
Y esos pocos en pié estaban llenos de obreros con andamios de bambú reconstruyendo todo por lo que el precio de la entrada nos pareció un robo a mano armada ya que sólo vimos unos cuandos templos llenos de bambú y miles de piedras esperando ser ubicadas como un gigante puzle de piezas imposibles.
El siguiente día lo destinamos a pasear y descansar para afrontar nuestro último gran viaje en bus de dieciséis horas hasta Bali.
Así que hicimos un poco de vida consumista y descansamos hasta el día siguiente.

Lago Toba

Desde Bukit Lawan y en un largo viaje, no por distancia kilométrica sino más bien por la pesadez del transporte, llegamos hasta el lago Toba, concretamente hasta una pequeña península de la gran isla en el centro del lago llamada Tuk Tuk. El lugar parecía desierto de turismo y efectivamente nos dió mucha pena ver como caminábamos por los pueblos de alrededor y solo veíamos restaurantes y comercios vacíos... alguno con algún cartel informando de más que un servicio hostelero normal...jejeje.
Este lugar al norte de la isla de Sumatra es muy auténtico y todo ello lo demuestran sus seis o siete dialectos dentro de la misma isla y su arquitectura Batak.
Esta arquitectura se basa en construcciones principalmente de madera con casas de dos plantas que normalmente se utiliza la parte baja para vivir y la alta para guardar grano. Aunque las casas Batak destinadas al turismo se invierte la utilización destinando la parte baja para dejar los equipajes y el baño y la alta para dormir.
Aquí también alquilamos una moto para poder visitar la mayor parte de la isla y comprobar las pequeñas diferencias entre las casas de los demás pueblos cercanos a Tuk Tuk.
También pudimos comprobar el escaso turismo que tiene Sumatra probablemente debido a la mala fama creada por sus frecuentes terremotos y catátrofes naturales.
La gente aquí sigue viviendo del cultivo del arroz, maíz, cacao y chile y es agradable pasear junto a estas bonitas plantaciones tropicales.
Las casas Batak suelen estar agrupadas por núcleos de varias viviendas, muchas de ellas enfrentadas entre sí... con la moto nos colamos en uno de esos grupos de casas y enseguida y muy amablemente la gente nos hizo señas para que entráramos y viéramos sus casas... esa señora sentada como una reina sonriente con los vulvos de flores en mano posó tan agradablemente a la foto sin pedirnos dinero... éstas son las experiencias que nos demuestran que el turismo no es algo agresivo como ocurre en otros lugares que primero posan sonrientes y luego estiran la mano más sonrientes aún.
Aquí en Sumatra son mayoritariamente musulmanes, pero justamente en esta isla dentro del lago hay muchos protestantes. La religión aquí es algo que se vive intensamente y lo demuestra que todos saben exactamente el porcentaje de musulmanes, cristianos y protestantes que hay en cada comunidad o región.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Bukit Lawang

Nos hubiéramos tirado lo que nos queda de viaje en Koh Lipe aunque para ser sinceros por mucho que nos guste una playa consideramos que teniendo tiempo es absurdo perder los días tirados sin hacer nada. Así que dicho y hecho, cogimos de nuevo la mochila, esta vez con más pereza de lo normal (ya nos empezamos a cansar de hacer y desacer la mochila cada pocos días) y cogimos un autobús desde Hat Yai hasta Kuala Lumpur la capital de Malasia. Malasia tiene unas carreteras impresionantes, las mejores de toda Asia nos atreveríamos a decir, (¿será que tienen petróleo?) y por eso en seis horitas ya estábamos en Kuala Lumpur una ciudad muy interesante pero que hablaremos de ella a nuestra vuelta, ya que desde allí teníamos un vuelo a Medan en Indonesia. Medan se encuentra en la isla de Sumatra, un lugar increíblemente repleto de naturaleza y donde los transportes de nuevo dejan bastante que desear. El motivo principal de visitar Sumatra era para ir a visitar una de las pocas reservas naturales del mundo donde existen orangutanes en estado salvaje. El lugar se llama Bukit Lawang y es un pequeño pueblecito justo tocando con la reserva y desde donde puedes hacer caminatas por la selva de unas horas o de varios días. El lugar es muy bonito ya que a un lado del río están los alojamientos y cabañas y al otro directamente la selva protegida donde se encuantran estas criaturas tan parecidas a nosotros. No había casi turistas, no se si tendría que ver con la época del año o con que en este lugar ha bajado un poco desde que hace cinco años huvo un terremoto que hizo una crecida del río que mató a centenares de personas e hizo desaparecer a otras cuantas... pero bueno esto no es algo nuevo ya que toda la costa de Sumatra, Java hasta Papua casi en Australia está sobre el borde de una de las placas tectónicas con más movimiento...eso explica que en este país haya tantos terremotos y actividad volcánica. El caso es que como nuestros pies ya no están como hace un año de tanto andar sin descanso sólamente contratamos una caminata de tres horas mientras cruzábamos los dedos para poder ver a estos animales.. y si esta vez huvo suerte...a la hora de caminar vimos a una madre con su cría construyendo tranquilamente un lugar donde descansar con ramas de árboles próximos. Tienen una mirada que habla por sí sola y no os podemos regalar muchas fotos porque dentro de la selva hay poca luz directa del sol y las fotos no salen nítidas debido a la altura a la que se suelen encontrar... así que eso nos lo quedaremos en nuestra memoria. Pero aún así sacamos unas cuantas fotos aceptables que os mostramos como siempre junto a estas letras. Y bueno como no teníamos demasiado tiempo y la humedad era bastante desagradable (no se secaba la ropa y casi no nos quedaba nada) pues un día después tomamos un bus hasta nuestra siguiente parada... el Lago Toba.

Koh Lipe

Esto ya fue otro cantar... Koh Lipe a pesar de ser ya muy conocida entre mucha gente (todos dicen que un día llegará a ser otra Koh Phi Phi, esperemos que no!!) no es demasiado turística o mejor dicho llegamos en un buen momento cuando empezaban a abrir alojamientos y restaurantes pero no había mucha gente por lo que disfrutamos mucho de este bonito lugar. Koh Lipe es una pequeña isla casi haciendo frontera con Malasia donde puedes perderte unos días con relax asegurado. En el barco que nos llevaba desde Pakbara a la isla conocimos a Anita y Jesús, una de esas parejas con la que conectas al tiro como dirían los chilenos. Jesus y Anita estaban unos días de vacaciones por la isla, merecidas vacaciones después de años sin parar de trabajar viajando e importando productos a España. Vamos que ya sea por trabajo o por vacaciones llevaban más de 20 años viajando a India, Tailandia e Indonesia de dos a tres veces al año... osea que ya eran todo unos expertos en el arte de viajar!! jejeje Porque como todos los viajeros coincidimos no es lo mismo viajar que ir de vacaciones, aunque nosotros siempre preferiremos lo primero hay que saber diferenciarlo. Anita y Jesus una vez más nos han enseñado mucho y disfrutado en agradables cenas conversando de lo que es felicidad para unos y para otros... A parte de comer o cenar juntos también hicimos un par de buceos con Jesús, ya que a Anita el pesacado le gustaba en el plato. Las inmersiones fueron bonitas aunque pensábamos ver más transparencia en sus fondos marinos, eso sí, vimos una gran diversidad marina (morenas, sepias, peces globo, el megaconocido Nemo y todos los de la peli.. jejeje). Alucinamos con los colores de sus arrecifes de coral aunque están desapareciendo año tras año. También descubrimos que Maider debe estar fabricada de corcho porque flota que no imagináis... tenía más plomos que yo y cuando nos dábamos cuenta ya se había subido para arriba. Habrá que aprender bien a controlar la flotabilidad que no es fácil cuando bajas 15 metros. El resto fue relax, comer, dormir y bañarse con la facilidad que supone tener un bungalow a diez pasitos de la misma orilla. Y así terminamos nuestro tiempo en un lugar bastante aconsejable pero no demasiado para que no llegue a ser otra Phi Phi. Y desde Pakbara de nuevo contratamos nuestro bus para ir a la gran ciudad malásica llamada Kuala Lumpur.

Koh Phi Phi

Koh Phi Phi es lo más parecido al infierno que hemos visto!!...bueno vaaa!! no seremos exagerados pero el ambiente que se respira en esta isla, consecuencia de la fama debido a la película que se rodó aquí, es espantoso. De todos es bien conocida la película "La Playa" de David Boyle, pues bien lo que esto ha ocasionado a la isla para nosotros es un infierno.... cientos de personas acinados en un tramo de calle en alojamientos muy precarios y bastante caros, guiris paseándose exibiendo sus tetas operadas y tatuajes thais, irish pub, cajeros automáticos, tiendas de ropa, supermercados y mucha mucha tontería. Por supuesto los alrededores de la isla son alucinantes, los colores de sus aguas, las playas protegidas de las islas de alrededor, etc, etc.. Esto implica que sólo puedes disfrutar de estas aguas contratando un tour que te lleva de isla en isla para hacer snorkel o bañarte en playas de ensueño (eso sí siempre acompañado de basura). En cuanto vimos el panorama decidimos hacer el tour al día siguiente y desaparecer de este lugar. Lo que de verdad es interesante es caminar por algún camino secundario y ver donde viven de verdad los pocos habitantes de esta isla que tras el tsunami que debastó casi con totalidad el pueblo viven en condiciones no demasiado saludables e higiénicas. Osea que el turismo levanta muy rápido resorts y alojamientos pero hunde a la misma velocidad el encanto y la naturaleza de la misma. Esto es lo que nosotros hemos visto y sentido pero seguramente haya muchísima gente que opine que es un placer pasar unos días en esa masificada isla. Nosotros por nuestra parte preferimos perdernos en alguna otra isla solitaria aunque no tan turística, osea que la culpa de todo la tiene Di Caprio... jejeje Por cierto, muchas veces nuestras fotos no correspondan a lo que contamos pero obviamente no vamos a poner fotos de basura o cristales en las playas cuando podemos poner alguna foto bonita.

Krabi (Ao Nang)

De la playa más desértica nos fuimos a lo más parecido a Benidorm (no tenemos punto medio).
El caso es que nos comentaron que Krabi ofrecía muchas posibilidades en cuanto a
variedad de playas e islas por lo que nos pillamos un bus y al día siguiente ya estábamos entre "7 eleven", "Mc Donalds" y compañía... el lugar se llamaba Ao Nang, una de las playas de Krabi.
Elegimos esta entre muchas otras porque nos dijeron que a pesar de ser muy turístico era un turismo más familiar y preferíamos eso a los buscadores de fiestas playeras.
Como la temporada alta aún no había comenzado pues se veía todo bastante vacío a pesar de la increíble oferta hostelera que había montada.
Al principio nos costó un poco encontrar algo asequible ya que los precios empezaban a multiplicarse por cada
alojamiento y restaurante pero como siempre por estos lugares cuando te instalas un poco encuentras alternativas que casualmente suelen ser mejores por menos dinero.
Esto es algo en lo que coincidimos en todo el viaje, cuando encuantras algo barato casualmente es de mejor calidad que los caros que aceptan la mayoría de turistas.
Desde Ao Nang se puede visitar varias islas en taxi boat y nosotros elegimos Koh Poda
una islita frente a la playa de Ao Nang en la que estuvimos muy cómodos hasta que nos dimos cuenta que los monos robaban a la que te descuidabas... así que ya no nos pudimos bañar juntos sino por tandas.
Nos salió un día muy bueno y por primera vez vimos una playa de arena blanca y aguas más que cristalinas en la que era entrar y varios peces de colores te rodeaban.
Esto tiene explicación y es que están acostumbrados a que los turistas les den de comer por lo que es entrar al agua y vienen a decenas acercándose a ti más de la cuenta en ocasiones...
Una vez más y para nuestra sorpresa la basura y cristales volvían a estar presentes en la arena.
Desde Ao Nang decidimos ir a visitar la isla más turística de toda Tailandia... las Koh Phi Phi.

Koh Chang

Pisar de nuevo tierras tailandesas nos hizo ver lo pobre que ha sido Myanmar. Volvimos a Bangkok para hacer alguna compra en el Jatujak Market que es una barbaridad de mercado donde puedes encontrar absolutamente de todo... es tan grande que es casi imposible verlo en un solo día.
Hicimos alguna que otra compra y preparamos nuestro viaje hacia las playas tailandesas.

Nuestra primera playa elegida fue Koh Chang, pero no la Koh Chang que todo el mundo conoce cerca de la frontera camboyana sino otra isla con el mismo nombre frente a las aguas birmanas.
El sitio parecía ser un
paraíso pero nos encontramos con varios inconvenientes muy importantes para disfrutar a pleno del lugar.
El primer inconveniente fue que acababa de pasar el monzón la semana anterior por lo que el resultado fue q
ue la arena estaba repleta de basura y ramas. El segundo inconveniente y para nosotros más importante fue que el agua estaba de color negro con todo lo que había arrastrado el mar.
Acababan de abrir algunos alojamientos y bungalows para c
omenzar la temporada en unas semanas, osea que estábamos más solos que la una... eso nos gustaba mucho ya que te permitía pasear por la playa a solas, eso sí, con marea baja para no tener que esquivar ramas y plásticos... pero no estábamos dispuestos a perder nuestro tiempo esperando que limpiaran la playa y el agua se volviese más clara así que decidimos estar solo un par de días y buscar otra playa más al sur.
Así contado parece una pequeña decepción pero seguramente después de haber visitado otras playas más turísticas merezca la pena venir aquí cuando todo esté limpio.