Bali nos ha parecido uno de los lugares turísticos más interesantes de todo el viaje y es que ofrece todo lo que el turista o viajero demande.
Hemos estado poco tiempo en Bali como para poder decir como es el lugar pero en nuestros 17 días por allí nos hemos dado cuenta que Bali es una isla para todo tipo de viajeros. Amed fue una grata sorpresa.
Amed es un lugar de playas de arena volcánica, prácticamante negra con los mejores lugares para hacer snorkel que hemos visto en todo nuestro viaje.
Meter la cabeza bajo la cristalina agua es alucinar con el fondo marino lleno de corales de todos los colores inimaginables.
Desde que nos bautizamos como buceadores en Colombia no habíamos visto una riqueza marina tan colorida como en esta zona de Bali, pero vayamos por partes...
Uno de los negocios más grandes que tiene Bali es el transporte por esta pequeña isla, que lógicamente debería ser barato como el resto del viaje pero "casualmente" aquí no existe el transporte público que hemos conocido hasta entonces, comunmente llamado bus... pues no, aquí hay dos opciones:
O coges un transporte privado osease taxi y negocias un precio no demasiado elevado
O bien para hacer 70 kilómetros te hinchas a coger "bemos" que son unas furgonetillas que hacen de transporte público pero que se aprovechan del turista tanto que casi no sale a cuenta.
Así que después de este rollazo agarramos un transporte privado por unos 17 euros para unas dos horas hasta Amed que en realidad es carísimo si cuentas que en Asia el transporte suele ser un euro por hora de trayecto.
El caso es que nos plantamos en Amed que curiosamente no nos causó muy buena primera impresión pero que una vez fuimos conociéndolo nos cautivó enormemente.
Fuimos a parar a un alojamiento que nos había recomendado Bea, la chica valenciana que conocimos en Ubud, y vaya si estaba bien... un lujazo... de hecho creo que pondremos un vídeo del lugar para que lo veáis, porque no tiene desperdicio...
Alquilamos una moto y un para de aletas para poder hacer snorkel todos los días porque allí como os contamos es el paraíso del snorkel.
El primer día nos fuimos hasta Tulamben, una zona más hacia el norte, con la moto y contemplamos más de cerca el volcán que nos acompañó lleno de colores rojizos de fondo durante nuestros atardeceres en la terraza. Allí también hicimos snorkel en un lugar que paramos con la moto cerca de la carretera.
Al principio pensábamos que por las características del entorno el fondo marino se vería algo oscuro pero conforme nos adentrábamos alucinábamos de la profundidad que dejaba ver esas aguas tan cristalinas, quizás 15 ó 20 metros con facilidad, el agua era tan limpia que hasta daba algo de vértigo sentirte así flotando a esa altura del fondo.
Vimos peces payaso, peces globo, barracudas, morenas, pulpos y mil peces de nombres desconocidos para nosotros pero que no parábamos de admirar por sus bonitos colores.
Por cierto a nuestro parecer ni Tailandia ni leches, en este lugar encontraréis lo que no existe en esos lugares tan famosos.
Nuestra vida era... desayuno... snorkel ...comida ...snorkel ...atardecer ...cena ...dormir ... así día tras día sin aburrirnos lo más mínimo.
Los atardeceres eran agradables porque las playas se llenaban de niños que terminaban el cole y claro no paraban de jugar con nosotros y de pedirnos que les dejáramos las gafas de bucear con el tubo... Maider y yo comentábamos lo educados y obedientes que eran pidiéndonos permiso entre ellos para pasarse las gafas... igualito que los niños españoles...
Allí la gente es bastante humilde y quien no vive del turismo tiene pocos ingresos que se aprecian en el estado de sus casas o más bien chabolillas.
El que no vive del turismo sólo le queda el mar y la pesca porque allí casualmente hay un clima extraseco y no llueve casi como para plantar y cultivar... por la tarde los niños más pobres salen en busca de turistas que les compren una bolsita de sal (los padres sacan cada día cubos de agua que depositan sobre bambús abiertos por la mitad para que con el sol seque y puedan extraer la sal).
Así que poco más podemos contar de este lugar al que pensamos volver ya que nos quitó algo de dentro y se quedó allí para que volvamos a recogerlo...
Amed es un lugar de playas de arena volcánica, prácticamante negra con los mejores lugares para hacer snorkel que hemos visto en todo nuestro viaje.
Meter la cabeza bajo la cristalina agua es alucinar con el fondo marino lleno de corales de todos los colores inimaginables.
Desde que nos bautizamos como buceadores en Colombia no habíamos visto una riqueza marina tan colorida como en esta zona de Bali, pero vayamos por partes...
Uno de los negocios más grandes que tiene Bali es el transporte por esta pequeña isla, que lógicamente debería ser barato como el resto del viaje pero "casualmente" aquí no existe el transporte público que hemos conocido hasta entonces, comunmente llamado bus... pues no, aquí hay dos opciones:
O coges un transporte privado osease taxi y negocias un precio no demasiado elevado
O bien para hacer 70 kilómetros te hinchas a coger "bemos" que son unas furgonetillas que hacen de transporte público pero que se aprovechan del turista tanto que casi no sale a cuenta.
Así que después de este rollazo agarramos un transporte privado por unos 17 euros para unas dos horas hasta Amed que en realidad es carísimo si cuentas que en Asia el transporte suele ser un euro por hora de trayecto.
El caso es que nos plantamos en Amed que curiosamente no nos causó muy buena primera impresión pero que una vez fuimos conociéndolo nos cautivó enormemente.
Fuimos a parar a un alojamiento que nos había recomendado Bea, la chica valenciana que conocimos en Ubud, y vaya si estaba bien... un lujazo... de hecho creo que pondremos un vídeo del lugar para que lo veáis, porque no tiene desperdicio...
Alquilamos una moto y un para de aletas para poder hacer snorkel todos los días porque allí como os contamos es el paraíso del snorkel.
El primer día nos fuimos hasta Tulamben, una zona más hacia el norte, con la moto y contemplamos más de cerca el volcán que nos acompañó lleno de colores rojizos de fondo durante nuestros atardeceres en la terraza. Allí también hicimos snorkel en un lugar que paramos con la moto cerca de la carretera.
Al principio pensábamos que por las características del entorno el fondo marino se vería algo oscuro pero conforme nos adentrábamos alucinábamos de la profundidad que dejaba ver esas aguas tan cristalinas, quizás 15 ó 20 metros con facilidad, el agua era tan limpia que hasta daba algo de vértigo sentirte así flotando a esa altura del fondo.
Vimos peces payaso, peces globo, barracudas, morenas, pulpos y mil peces de nombres desconocidos para nosotros pero que no parábamos de admirar por sus bonitos colores.
Por cierto a nuestro parecer ni Tailandia ni leches, en este lugar encontraréis lo que no existe en esos lugares tan famosos.
Nuestra vida era... desayuno... snorkel ...comida ...snorkel ...atardecer ...cena ...dormir ... así día tras día sin aburrirnos lo más mínimo.
Los atardeceres eran agradables porque las playas se llenaban de niños que terminaban el cole y claro no paraban de jugar con nosotros y de pedirnos que les dejáramos las gafas de bucear con el tubo... Maider y yo comentábamos lo educados y obedientes que eran pidiéndonos permiso entre ellos para pasarse las gafas... igualito que los niños españoles...
Allí la gente es bastante humilde y quien no vive del turismo tiene pocos ingresos que se aprecian en el estado de sus casas o más bien chabolillas.
El que no vive del turismo sólo le queda el mar y la pesca porque allí casualmente hay un clima extraseco y no llueve casi como para plantar y cultivar... por la tarde los niños más pobres salen en busca de turistas que les compren una bolsita de sal (los padres sacan cada día cubos de agua que depositan sobre bambús abiertos por la mitad para que con el sol seque y puedan extraer la sal).
Así que poco más podemos contar de este lugar al que pensamos volver ya que nos quitó algo de dentro y se quedó allí para que volvamos a recogerlo...