Ya estamos en Chiang Mai y os juramos que hemos intentado no prejuiciar sin conocer así que nada más llegar intentamos buscar un sitio que no estuviera en la zona mega super guay del universo para afrontar con más ganas la ciudad que se nos presentaba.
Chiang Mai es una gran ciudad, según la guía un millón y medio de habitantes (no se yo) con un centro histórico repleto de templos de una arquitectura exquisita.
Nosotros nos alojamos en la parte central de la ciudad rodeada de una especie de canal de agua con muchos árboles, esta parte parece prácticamente un pueblo con callejuelas con casas bajas con jardín. Si te alojas en esta parte la verdad es que no parece que te encuentres en la ciudad y todo se hace muchísimo más agradable.
Nuestros primeros pasos por la ciudad bastaron para ver que no es lo que nos gusta pero bueno el lugar bien se merece una visita. Decimos que no es lo que nos gusta porque odiamos ver como todo está repleto de un turismo irrespetuoso y sobrado, al menos la gran mayoría.
También utilizamos el tiempo en buscar un hotel mas tranquilito porque el que la guía aconsejaba daba penita, no por sucio sino por el tipo de gente.
Las siguientes horas de la tarde las utilizamos para empezar a comprobar que esta ciudad merece la pena sólo por sus templos... eso sí por nada más.
Al día siguiente decidimos alquilar unas bicicletas por el irrisorio precio de 60 céntimos de euro cada una (yo para eso las daba gratis...) y pedaleamos y pedaleamos hasta completar la visita de un grandísimo numero de templos, tanto fué así que creo que ya vamos serviditos por unos días de estos lugares tan llenos de paz de color dorado.
La verdad es que si no fuera por el masivo turismo que hay en Tailandia no creemos que fueran capaces de mantener tanto templo ya que todas las visitas son gratuitas.
Muchas veces Maider y yo comentamos que un lugar no nos hace felices solo por sus encantos paisajisticos o arquitectónicos sino por lo bien que nos den de comer y dormir, es decir, que la satisfacción de un lugar es gran parte debida a estas dos cosas tan importantes para nosotros.
Y si al menos alguna no está demasiado bien las otras deben acabar de llenar la balanza.
Dormir dormimos bien ya que abandonamos el primer lugar para buscar otro, el lugar era aseado y muy tranquilo como nos gusta pero lo de comer la verdad es que hacía mucho que no comíamos tan mal... quizá sea casualidad o quizá como decía Rafa estábamos ya precondicionados a encontrar un mal sitio... jejeje.. la cosa es que no comimos nada bien con las ganas que teníamos de comer cocina Thai.
Menos mal que estos templos tan espectaculares acabaron de llenar la balanza esa que tanto utilizamos para valorar un lugar.
Así que si os gustan mucho los templos y no os importa ver desigualdades sociales mientras un guiri se infla de cerveza con la mano pasada a través de la espalda de alguna Tailandesa no demasiado sonriente no dudeis que esta es vuestra ciudad!!
sábado, 29 de agosto de 2009
Chiang Rai
Ya llevamos unas cuantas fronteras de esas absurdas a nuestras espaldas y decimos absurdas porque para nuestro entender (de momento seguimos apostando por la razón) las fronteras las delimitan las costumbres y culturas no unas simples rayas imaginarias por la tierra.
Pues eso, que tras cruzar un río todo nos decía que habíamos abandonado el país que nos ha conquistado el alma, el país que nunca olvidaremos, aquel que nos ha hecho sentir más paz interior de la que imaginábamos. El país con un gran punto blanco en el centro de su bandera, el punto de la pureza que esperemos jamás le roben los turistas.
Tailandia o Thailand como aparece escrita en medio mundo es otro mundo... de momento ya no nos miran con esa mirada “curiosa” y tan pura, sino que aquí el turismo ha conseguido que no te miren... entendámonos no es que nos gusta que nos miren pero cuando ni te miran a la cara para poner un sello sobre tu destrozado pasaporte algo indica que no es lo que nos venía pasando estos meses atrás.
Eso sí aquí todo es fácil para el turista y estamos encontrando más precios marcados de lo que pensábamos por lo que ya de momento pierde vidilla... jejeje.
Cruzamos desde Laos con un tipo extraño con gafas más grandes que su rostro y una enorme barba y pelo blanco no cortada desde hace mucho tiempo... parecía un motero americano arrepentido de quemar combustible por un país tan grande como el suyo... el caso es que estaba más que acostumbrado a realizar ese tramite porque según nos enteramos vivía desde hace tiempo en Tailandia (aunque era inglés de nacimiento) y escapaba a Laos ya sabemos para que... para sentir paz fijo, esa paz que aquí de momento es imposible de sentir por muchos mega super restaurantes chill out que monten a cada paso.
Pues eso, que tras cruzar un río todo nos decía que habíamos abandonado el país que nos ha conquistado el alma, el país que nunca olvidaremos, aquel que nos ha hecho sentir más paz interior de la que imaginábamos. El país con un gran punto blanco en el centro de su bandera, el punto de la pureza que esperemos jamás le roben los turistas.
Tailandia o Thailand como aparece escrita en medio mundo es otro mundo... de momento ya no nos miran con esa mirada “curiosa” y tan pura, sino que aquí el turismo ha conseguido que no te miren... entendámonos no es que nos gusta que nos miren pero cuando ni te miran a la cara para poner un sello sobre tu destrozado pasaporte algo indica que no es lo que nos venía pasando estos meses atrás.
Eso sí aquí todo es fácil para el turista y estamos encontrando más precios marcados de lo que pensábamos por lo que ya de momento pierde vidilla... jejeje.
Cruzamos desde Laos con un tipo extraño con gafas más grandes que su rostro y una enorme barba y pelo blanco no cortada desde hace mucho tiempo... parecía un motero americano arrepentido de quemar combustible por un país tan grande como el suyo... el caso es que estaba más que acostumbrado a realizar ese tramite porque según nos enteramos vivía desde hace tiempo en Tailandia (aunque era inglés de nacimiento) y escapaba a Laos ya sabemos para que... para sentir paz fijo, esa paz que aquí de momento es imposible de sentir por muchos mega super restaurantes chill out que monten a cada paso.
Tailandia dicen que es el país de las sonrisas pero eso sí, si uno viaja a menudo se da cuenta que hay sonrisas y sonrisas.
Nuestra primera impresión fué Chiang Rai un pequeño pueblo de unos 40.000 habitantes a tres horas de la frontera laosiana, y bueno la verdad es que todo se volvió de nuevo tan fácil... creo que a estas alturas del viaje eso es lo que nos hace sentirnos menos vivos. Los primeros días se agradece encontrar un helado de nata con nueces pero en cuanto pasan tres días te das cuenta que esos pequeños detalles sumados a gran escala es lo que te hacen estar en un país diferente, es decir, que aquí en quince días parece que estés en España pero con gente asiática por todos los lados, vamos que no te falta de nada, tienes todo lo que quieras a buen precio y para nuestro parecer eso es lo que hace convertir al país en un gran centro comercial donde todo se puede pagar con dinero ya sea tailandés, estadounidense o europeo.
Seguramente el que venga a Tailandia por primera vez en su vida sin haber visitado ningún país asiático flipe un rato... pero nuestra opinión es que sí, será todo lo fácil que tu quieras pero esa facilidad es lo que le roba encanto... los que hayan estado en otros países asiáticos ya saben de que hablamos. Y no vamos a irnos a los extremos para decir que mola más China (entre otras cosas porque como me oiga Maider me mata.. jejeje) pero de momento esa sensación de irrealidad nunca la habíamos sentido.
Pero a lo que íbamos, Chiang Rai es un pequeño lugar llenísimo de restaurantes y guesthouses (eso sí limpísimas y con todos los servicios a buen precio) donde puedes pasear y cruzarte con gente que cuando te pregunta algo segurísimo que quiere algo a cambio, algo que en Laos habíamos olvidado.
Como una tarde que nos alejamos de la zona turística para adentrarnos en un mercado local donde solemos ir a menudo ya que en estos lugares puedes ver la verdadera vida de los habitantes de cualquier ciudad (fuera del turismo) y se nos acerca un chico con una grieta enorme en sus lentes y nos dice...
- Hello How are you?
- Fine and you?
- Ohh very good
- Where are you from?
- We are from Spain....
- Ohh Spain,... lo típico te nombra 500 futbolistas sin saber que te importan tres cojones.. pero bueno tu eres educado y le sonríes...
- yes yes...villaaa..ummmm very nice....
Cuando se le acaban las 4 frases te dice...
- Where do you go?… lo normal sería decirle... a ti que te importa no?? pero bueno sigues con tu educación normal y le dices...
- We want to walk... cosa que no comprenden y no porque no entienda la frase... al final de todo empieza a decirnos que si nos hace de guía por la ciudad (una ciudad que en realidad no tiene nada), que mejor él nos lleva a alquilar una moto para ir a ver a las mujeres jirafa para que te saques unas fotos etc..
Bueno pues nada que toca ponerse ya borde y dejar la educación a la que estábamos acostumbrados en el resto de países....yes yes yes... sorry... bye bye... we d´ont want nothing.. thank you...y te vas sin mirale porque si no te sigue... odiamos tener que ser así pero te obligan y si no que se lo digan a cualquiera que ha estado en India.
Así que como a este juego ya hemos jugado en muchos países pues aunque parezcamos desagradables pues directamente les decimos nooooo y te ahorras unos minutos que podrías destinar a cualquier templo o conversación con algún lugareño más “aportante” (creo que nos hemos inventado esta palabra).
La verdad es que es difícil transmitir estas sensaciones cuando parten de una pareja bastante influenciada por el mundo en estos últimos 10 meses pero espero no malinterpretéis nuestras palabras, entre otras cosas porque sinceramente nadie es igual a nadie... no hay que equivocarse.. os queremos a todos pero no somos como la mayoría de gente así que si pensabais venir a Tailandia... adelante!! seguro que todo es diferente en vuestro cerebro... de hecho China no fue igual en mi cerebro (Jose) que en el de Maider que aunque seamos muy parecidos no ponemos en la balanza de la vida los mismos intereses experimentales.
Aleeee otra vez nos hemos ido del hilo de descripción....¿Os dais cuenta que últimamente os metemos más rollos que describiros el lugar? Pues eso es lo que pasa por nuestra mente... así que os aguantáis!!
La verdad es que cada cambio es super importante para nosotros ya que con él aprendemos a comparar y valorar las cosas y hacemos trabajar a la razón eso que tan poco se suele usar últimamente en la vida común. Y suena a utópico pero sí que hemos cambiado con este viaje sobre todo interiormente y si algo vamos a trabajar a nuestra vuelta en la vida personal de los dos es a trabajar más con la razón y menos con el resto de cosas que la sociedad se ha encargado de tomar como valores que en realidad no lo son... y si algo hemos aprendido de estos viajes por Asia es que no hay que equivocarse porque las cosas “no las vemos tal y como son sino tal y como somos”.
Alaaaaa otro post sin hablar de Chiang Rai... bueno quizás si no hemos hablado será porque no nos haya impactado ¿no?
Besos a todos... os queremos!!
Nuestra primera impresión fué Chiang Rai un pequeño pueblo de unos 40.000 habitantes a tres horas de la frontera laosiana, y bueno la verdad es que todo se volvió de nuevo tan fácil... creo que a estas alturas del viaje eso es lo que nos hace sentirnos menos vivos. Los primeros días se agradece encontrar un helado de nata con nueces pero en cuanto pasan tres días te das cuenta que esos pequeños detalles sumados a gran escala es lo que te hacen estar en un país diferente, es decir, que aquí en quince días parece que estés en España pero con gente asiática por todos los lados, vamos que no te falta de nada, tienes todo lo que quieras a buen precio y para nuestro parecer eso es lo que hace convertir al país en un gran centro comercial donde todo se puede pagar con dinero ya sea tailandés, estadounidense o europeo.
Seguramente el que venga a Tailandia por primera vez en su vida sin haber visitado ningún país asiático flipe un rato... pero nuestra opinión es que sí, será todo lo fácil que tu quieras pero esa facilidad es lo que le roba encanto... los que hayan estado en otros países asiáticos ya saben de que hablamos. Y no vamos a irnos a los extremos para decir que mola más China (entre otras cosas porque como me oiga Maider me mata.. jejeje) pero de momento esa sensación de irrealidad nunca la habíamos sentido.
Pero a lo que íbamos, Chiang Rai es un pequeño lugar llenísimo de restaurantes y guesthouses (eso sí limpísimas y con todos los servicios a buen precio) donde puedes pasear y cruzarte con gente que cuando te pregunta algo segurísimo que quiere algo a cambio, algo que en Laos habíamos olvidado.
Como una tarde que nos alejamos de la zona turística para adentrarnos en un mercado local donde solemos ir a menudo ya que en estos lugares puedes ver la verdadera vida de los habitantes de cualquier ciudad (fuera del turismo) y se nos acerca un chico con una grieta enorme en sus lentes y nos dice...
- Hello How are you?
- Fine and you?
- Ohh very good
- Where are you from?
- We are from Spain....
- Ohh Spain,... lo típico te nombra 500 futbolistas sin saber que te importan tres cojones.. pero bueno tu eres educado y le sonríes...
- yes yes...villaaa..ummmm very nice....
Cuando se le acaban las 4 frases te dice...
- Where do you go?… lo normal sería decirle... a ti que te importa no?? pero bueno sigues con tu educación normal y le dices...
- We want to walk... cosa que no comprenden y no porque no entienda la frase... al final de todo empieza a decirnos que si nos hace de guía por la ciudad (una ciudad que en realidad no tiene nada), que mejor él nos lleva a alquilar una moto para ir a ver a las mujeres jirafa para que te saques unas fotos etc..
Bueno pues nada que toca ponerse ya borde y dejar la educación a la que estábamos acostumbrados en el resto de países....yes yes yes... sorry... bye bye... we d´ont want nothing.. thank you...y te vas sin mirale porque si no te sigue... odiamos tener que ser así pero te obligan y si no que se lo digan a cualquiera que ha estado en India.
Así que como a este juego ya hemos jugado en muchos países pues aunque parezcamos desagradables pues directamente les decimos nooooo y te ahorras unos minutos que podrías destinar a cualquier templo o conversación con algún lugareño más “aportante” (creo que nos hemos inventado esta palabra).
La verdad es que es difícil transmitir estas sensaciones cuando parten de una pareja bastante influenciada por el mundo en estos últimos 10 meses pero espero no malinterpretéis nuestras palabras, entre otras cosas porque sinceramente nadie es igual a nadie... no hay que equivocarse.. os queremos a todos pero no somos como la mayoría de gente así que si pensabais venir a Tailandia... adelante!! seguro que todo es diferente en vuestro cerebro... de hecho China no fue igual en mi cerebro (Jose) que en el de Maider que aunque seamos muy parecidos no ponemos en la balanza de la vida los mismos intereses experimentales.
Aleeee otra vez nos hemos ido del hilo de descripción....¿Os dais cuenta que últimamente os metemos más rollos que describiros el lugar? Pues eso es lo que pasa por nuestra mente... así que os aguantáis!!
La verdad es que cada cambio es super importante para nosotros ya que con él aprendemos a comparar y valorar las cosas y hacemos trabajar a la razón eso que tan poco se suele usar últimamente en la vida común. Y suena a utópico pero sí que hemos cambiado con este viaje sobre todo interiormente y si algo vamos a trabajar a nuestra vuelta en la vida personal de los dos es a trabajar más con la razón y menos con el resto de cosas que la sociedad se ha encargado de tomar como valores que en realidad no lo son... y si algo hemos aprendido de estos viajes por Asia es que no hay que equivocarse porque las cosas “no las vemos tal y como son sino tal y como somos”.
Alaaaaa otro post sin hablar de Chiang Rai... bueno quizás si no hemos hablado será porque no nos haya impactado ¿no?
Besos a todos... os queremos!!
domingo, 23 de agosto de 2009
Muang Ngoi Neua
Cuando iniciamos nuestro camino por tierras laosianas una jovencita pareja de españoles con inquietudes viajeras nos recomendo que nos pasáramos por Nong Khiaw y Muang Ngoi Neua... por cierto que éstos dos nombres no sabemos por qué (quizás contengan algo que no quieran ser pronunciados por miedo a perder el encanto del lugar) pero son los únicos nombres de lugares que en todo el viaje no hemos sido capaces de memorizar... y mira que hemos estado en lugares ya, casi rondarán los 90.
El caso es que para allí que nos fuimos, para Nong Khiaw un lugar montañoso rodeado de vegetación selvática y miles de bichejos que salen por la noche a comer.
El lugar la verdad era muy tranquilo como casi todo en Laos pero casualidad llovió bastante esos dos días por lo que los pasamos literalmente turnándonos la hamaca colgada sobre la terraza de la casa de bambú a orillas del río y deborando los libros a una velocidad nunca antes vista.
Por cierto os recomendamos "El Sari Rojo" de Javier Moro... un libro que relata a la perfección la vida de la familia Ghandi y la locura que es la India. Además tienes el aliciente de saber que éste escritor viaja muchísimo por los lugares de los que más tarde escribe por lo que en parte si lo leéis viajaréis con él a India y a esa locura que supone manejar la democracia más grande del mundo con 1.300 millones de personas.
Y bueno de Nong Khiaw no podemos decir mucho más pero sí del siguiente lugar a una hora en barco río arriba donde a parte de conocer gente estupenda con la que da gusto hablar y con la que nos sentimos bastante identificados (un abrazo Jorge, Vanesa y María) disfrutamos enormemente del lugar y sus paisajes.
De todas formas os hemos de decir que hablar de Laos en general es hablar del país más relajado que hemos visitado hasta ahora pero si además te pierdes en un lugar como éste donde a las 22.00h apagan la luz producida por generadores durante no más de 4 horas al día pues reúnes todas las cosas necesarías para disfrutar de la paz y la naturaleza.
Siempre hablamos de los niños pero es que para nosotros son un ejemplo a seguir en Laos y no comprendemos por qué en España los hacemos tontos perdidos cuando no lo son.
Quizás gente que lea ésto se extrañe y diga que mi hijo no es tonto perdido pero cuando ves que un niño para ser feliz no necesita más que trabajar su imaginación y nosotros allí nos empleamos a fondo en quitarsela dándoles consolas, televisión e internet a lo bestia te das cuenta que algo falla.
En la mente de estos niños no entra la palabra aburrimiento, esa que tanto te dicen los niños allí para hacerte sentir culpable de un problema que es suyo, bueno también nuestro por no contribuir a desarrollar su imaginación.
Aquí los niños a parte de ayudar un poquito a sus padres, algo bastante lógico en estas tierras, no paran de inventar cosas, reirse de todo y jugar con cualquier cosa durante horas como las dos niñas que aparecen en la foto con unas semillas en el suelo. Juegan a juegos en la tierra, se bañan o lo más impactactante simplemente pasean sin rumbo observando cualquier cosa que les haga pararse a jugar.
Y si claro, nosotros también sabemos que en una ciudad las cosas no son iguales pero son vagas excusas cuando todos sabemos que basta cumplir un solo añito para tener el suelo lleno de regalos que ni comprendemos... eso aunque todos lo saben y ninguno pone medidas es un fatal error para los niños como muchos otros más.
Y es que viajar de esta manera no es simplemente diversión como muchos piensan sino salirse durante unos meses, diez ya, de la sociedad en la que vivimos la cual nos absorve hasta límites insospechados que sólo notas cuando sales de ella un gran tiempo a algún país tan distinto como estos. En cierta medida Asia te ayuda a verlo pero fijaros hasta qué punto estamos enganchados a ese sistema, que hemos pasado tres meses más o menos sin ver algo parecido a lo que tenemos allí y no hemos echado de menos nada (excepto el jamón serrano y cuatro cosas más) y hoy recién entrados en Tailandia nada más ver un comercio de "7 eleven" nuestro cerebro no paraba de decirnos que fuéramos al menos a comprarnos un helado.
Como veréis en cada post escribimos lo que sentimos pero últimamente nuestros post más que relatos del lugar son valoraciones de la vida que llevamos y no queremos porque nos sentimos como nunca antes nos habíamos sentido (tranquila family que volvemos... jejeje).
Eso sí, si de algo nos ha servido estas reflexiones es para intentar llevar otra vida allí dentro de las posibilidades lo más parecida posible aquí... eso no implica no trabajar como pensarán muchos!!jejeje.
Y pocos dias después tras paseos increíbles por arrozales de verde infinito como le llama Maider (ese verde que nunca se cansa de comentar y que echará muchísimo más de menos de lo que la gente imagina), bañarnos en aguas recién salidas de la montaña y charlas y charlas con gente que siente como tú, no nos quedó más remedio que dejar éste precioso lugar para hacer caminito hacia Tailandia.
Por lo que desde este pueblo perdido en el norte de Laos y tras varios medios de transporte llegamos a Luang Nam Tha donde a parte de raptar todo el día a María (esperamos volver a verte algún día porque nos gusta la gente como tú) para saciar nuestras ganas de hablar con gente como ella y comer acompañados de una pareja muy agradable de italianos y un experto viajero londinense (tendrá más de 50 años y no ha parado nunca de viajar) no hicimos mucho más.
Así que a pocas horas de cruzar a Tailandia si nos preguntarais como resumiros Laos, diríamos que viniérais a comprobarlo, pero mejor que no... es mi tesoooorooooooo!!!
El caso es que para allí que nos fuimos, para Nong Khiaw un lugar montañoso rodeado de vegetación selvática y miles de bichejos que salen por la noche a comer.
El lugar la verdad era muy tranquilo como casi todo en Laos pero casualidad llovió bastante esos dos días por lo que los pasamos literalmente turnándonos la hamaca colgada sobre la terraza de la casa de bambú a orillas del río y deborando los libros a una velocidad nunca antes vista.
Por cierto os recomendamos "El Sari Rojo" de Javier Moro... un libro que relata a la perfección la vida de la familia Ghandi y la locura que es la India. Además tienes el aliciente de saber que éste escritor viaja muchísimo por los lugares de los que más tarde escribe por lo que en parte si lo leéis viajaréis con él a India y a esa locura que supone manejar la democracia más grande del mundo con 1.300 millones de personas.
Y bueno de Nong Khiaw no podemos decir mucho más pero sí del siguiente lugar a una hora en barco río arriba donde a parte de conocer gente estupenda con la que da gusto hablar y con la que nos sentimos bastante identificados (un abrazo Jorge, Vanesa y María) disfrutamos enormemente del lugar y sus paisajes.
De todas formas os hemos de decir que hablar de Laos en general es hablar del país más relajado que hemos visitado hasta ahora pero si además te pierdes en un lugar como éste donde a las 22.00h apagan la luz producida por generadores durante no más de 4 horas al día pues reúnes todas las cosas necesarías para disfrutar de la paz y la naturaleza.
Siempre hablamos de los niños pero es que para nosotros son un ejemplo a seguir en Laos y no comprendemos por qué en España los hacemos tontos perdidos cuando no lo son.
Quizás gente que lea ésto se extrañe y diga que mi hijo no es tonto perdido pero cuando ves que un niño para ser feliz no necesita más que trabajar su imaginación y nosotros allí nos empleamos a fondo en quitarsela dándoles consolas, televisión e internet a lo bestia te das cuenta que algo falla.
En la mente de estos niños no entra la palabra aburrimiento, esa que tanto te dicen los niños allí para hacerte sentir culpable de un problema que es suyo, bueno también nuestro por no contribuir a desarrollar su imaginación.
Aquí los niños a parte de ayudar un poquito a sus padres, algo bastante lógico en estas tierras, no paran de inventar cosas, reirse de todo y jugar con cualquier cosa durante horas como las dos niñas que aparecen en la foto con unas semillas en el suelo. Juegan a juegos en la tierra, se bañan o lo más impactactante simplemente pasean sin rumbo observando cualquier cosa que les haga pararse a jugar.
Y si claro, nosotros también sabemos que en una ciudad las cosas no son iguales pero son vagas excusas cuando todos sabemos que basta cumplir un solo añito para tener el suelo lleno de regalos que ni comprendemos... eso aunque todos lo saben y ninguno pone medidas es un fatal error para los niños como muchos otros más.
Y es que viajar de esta manera no es simplemente diversión como muchos piensan sino salirse durante unos meses, diez ya, de la sociedad en la que vivimos la cual nos absorve hasta límites insospechados que sólo notas cuando sales de ella un gran tiempo a algún país tan distinto como estos. En cierta medida Asia te ayuda a verlo pero fijaros hasta qué punto estamos enganchados a ese sistema, que hemos pasado tres meses más o menos sin ver algo parecido a lo que tenemos allí y no hemos echado de menos nada (excepto el jamón serrano y cuatro cosas más) y hoy recién entrados en Tailandia nada más ver un comercio de "7 eleven" nuestro cerebro no paraba de decirnos que fuéramos al menos a comprarnos un helado.
Como veréis en cada post escribimos lo que sentimos pero últimamente nuestros post más que relatos del lugar son valoraciones de la vida que llevamos y no queremos porque nos sentimos como nunca antes nos habíamos sentido (tranquila family que volvemos... jejeje).
Eso sí, si de algo nos ha servido estas reflexiones es para intentar llevar otra vida allí dentro de las posibilidades lo más parecida posible aquí... eso no implica no trabajar como pensarán muchos!!jejeje.
Y pocos dias después tras paseos increíbles por arrozales de verde infinito como le llama Maider (ese verde que nunca se cansa de comentar y que echará muchísimo más de menos de lo que la gente imagina), bañarnos en aguas recién salidas de la montaña y charlas y charlas con gente que siente como tú, no nos quedó más remedio que dejar éste precioso lugar para hacer caminito hacia Tailandia.
Por lo que desde este pueblo perdido en el norte de Laos y tras varios medios de transporte llegamos a Luang Nam Tha donde a parte de raptar todo el día a María (esperamos volver a verte algún día porque nos gusta la gente como tú) para saciar nuestras ganas de hablar con gente como ella y comer acompañados de una pareja muy agradable de italianos y un experto viajero londinense (tendrá más de 50 años y no ha parado nunca de viajar) no hicimos mucho más.
Así que a pocas horas de cruzar a Tailandia si nos preguntarais como resumiros Laos, diríamos que viniérais a comprobarlo, pero mejor que no... es mi tesoooorooooooo!!!
Luang Prabang
De Luang Prabang dicen que es la ciudad más bonita de Laos y no dudamos que la consideren bonita porque lo es pero ya sabemos todos que está de moda y vende mucho decir que es lo más de lo que sea.... que si la ciudad más peligrosa, que si la más turística, etc..
Nosotros pensamos que los lugares que uno visita en su viaje no solo dependen de lo que uno mismo ve sino de muchísimas otras circunstancias que acompañan a nuestra mente ese mismo día.
Pero a modo descriptivo diremos que Luang Prabang es un lugar con muchas casas coloniales con ese aire desgastado que produce el paso del tiempo y rodeada de templos. Esta es una de las ciudades con mayor número de templos y por tanto de monjes de Laos y su presencia por las calles relentiza un poco el ritmo de vida de esta pequeña ciudad.
De todas formas nosotros pensamos que hay varias clases de turistas y de viajeros... los turistas aprovechan lo máximo posible sus días haciendo todo lo que pueden sin importar en demasia el precio pedido ya que en estos países todo es muy barato.
No obstante pensamos que no es abusar sino pagar lo que consideras que vale algo, la prueba está cuando ves que los ciudadanos locales pagan mucho menos de la mitad por un producto o servicio.
Viajeros los hay de muchísimas clases, los hay que pasan por los lugares sin a penas afectar aquello con lo que se encuentran pero también los hay de los que pueden pasarse un mes entero en una ciudad tomando cubatas y viendo "Friends" en grandes pantallas de plasma junto a una bonita vista del río, es decir, transportando lo que para ellos son vacaciones pero a un país exótico.
Pues esto en parte ocurre con Luang Prabang como con tantos otros lugares de nuestro viaje y sinceramente no estamos muy de acuerdo con este tipo de situaciones ya que para nuestra opinión estropean el lugar haciendo ver a los lugareños que somos dólares andantes.
De todas maneras no solemos hacer mucho caso de la gente e intentamos sacar conclusiones personales sobre el lugar aunque lógicamente estas cosas no dejan de afectar directa o indirectamente a uno.
Pensamos que cuando uno llega a un país que no es el suyo debe acoplarse a él lo máximo posible aunque esto conlleve sacrificar ciertas cosas, esto hace que ganen dinero igualmente pero no cambien demasiado las cosas... cosa que no está ocurriendo con Asia.
Y decimos esto porque Luang Prabang tiene otra cara, y es la cara de la calle repleta de restaurantes de alto precio, cervecerías, cafeterías y miles de tiendas de tours donde los turistas derrochan su dinero sin mirar bien el daño que hacen a la gente que habita ese lugar.
Este tipo de turismo consigue por tanto un distanciamiento mayor entre las clases sociales del lugar y un malinterpretamiento de la gente del lugar del turista que tiene o no dinero... lo que queremos decir con este rollo es que consideramos que tanto el turista como el viajero debería disfrutar del país luchando por un precio justo e intentando no transportar su idea de vacaciones a Asia porque para eso que se vaya a Benidorm y así no estropean estos países y sus gentes.
Pero bueno Luang Prabang también te permite pasear junto al río que rodea la ciudad, comer en su mercado nocturno (un poco sucio eso si) o pasear por sus bonitos alrededores como las numerosas cascadas que cercanas a la ciudad hacen escapar un poco de la rutina.
Allí mientras los turistas se lanzan a lo tarzán desde una cuerda colgada de un árbol al río de aguas turquesas sin pensar demasiado si debajo hay alguna roca que les amargue el día, otros pasean por sus senderos hasta llegar a la cima de la cascada.
Aunque para nosotros el tesoro de la ciudad son sus templos en concreto el templo de Xieng Thong, construido en 1560. En el santuario principal junto a una de las paredes pudimos ver un bonito mosaico del árbol de la vida donde se iluminó Buda. De hecho ésta imagen es repetida en toda la artesanía local como algo característico del lugar.
Nosotros pensamos que los lugares que uno visita en su viaje no solo dependen de lo que uno mismo ve sino de muchísimas otras circunstancias que acompañan a nuestra mente ese mismo día.
Pero a modo descriptivo diremos que Luang Prabang es un lugar con muchas casas coloniales con ese aire desgastado que produce el paso del tiempo y rodeada de templos. Esta es una de las ciudades con mayor número de templos y por tanto de monjes de Laos y su presencia por las calles relentiza un poco el ritmo de vida de esta pequeña ciudad.
De todas formas nosotros pensamos que hay varias clases de turistas y de viajeros... los turistas aprovechan lo máximo posible sus días haciendo todo lo que pueden sin importar en demasia el precio pedido ya que en estos países todo es muy barato.
No obstante pensamos que no es abusar sino pagar lo que consideras que vale algo, la prueba está cuando ves que los ciudadanos locales pagan mucho menos de la mitad por un producto o servicio.
Viajeros los hay de muchísimas clases, los hay que pasan por los lugares sin a penas afectar aquello con lo que se encuentran pero también los hay de los que pueden pasarse un mes entero en una ciudad tomando cubatas y viendo "Friends" en grandes pantallas de plasma junto a una bonita vista del río, es decir, transportando lo que para ellos son vacaciones pero a un país exótico.
Pues esto en parte ocurre con Luang Prabang como con tantos otros lugares de nuestro viaje y sinceramente no estamos muy de acuerdo con este tipo de situaciones ya que para nuestra opinión estropean el lugar haciendo ver a los lugareños que somos dólares andantes.
De todas maneras no solemos hacer mucho caso de la gente e intentamos sacar conclusiones personales sobre el lugar aunque lógicamente estas cosas no dejan de afectar directa o indirectamente a uno.
Pensamos que cuando uno llega a un país que no es el suyo debe acoplarse a él lo máximo posible aunque esto conlleve sacrificar ciertas cosas, esto hace que ganen dinero igualmente pero no cambien demasiado las cosas... cosa que no está ocurriendo con Asia.
Y decimos esto porque Luang Prabang tiene otra cara, y es la cara de la calle repleta de restaurantes de alto precio, cervecerías, cafeterías y miles de tiendas de tours donde los turistas derrochan su dinero sin mirar bien el daño que hacen a la gente que habita ese lugar.
Este tipo de turismo consigue por tanto un distanciamiento mayor entre las clases sociales del lugar y un malinterpretamiento de la gente del lugar del turista que tiene o no dinero... lo que queremos decir con este rollo es que consideramos que tanto el turista como el viajero debería disfrutar del país luchando por un precio justo e intentando no transportar su idea de vacaciones a Asia porque para eso que se vaya a Benidorm y así no estropean estos países y sus gentes.
Pero bueno Luang Prabang también te permite pasear junto al río que rodea la ciudad, comer en su mercado nocturno (un poco sucio eso si) o pasear por sus bonitos alrededores como las numerosas cascadas que cercanas a la ciudad hacen escapar un poco de la rutina.
Allí mientras los turistas se lanzan a lo tarzán desde una cuerda colgada de un árbol al río de aguas turquesas sin pensar demasiado si debajo hay alguna roca que les amargue el día, otros pasean por sus senderos hasta llegar a la cima de la cascada.
Aunque para nosotros el tesoro de la ciudad son sus templos en concreto el templo de Xieng Thong, construido en 1560. En el santuario principal junto a una de las paredes pudimos ver un bonito mosaico del árbol de la vida donde se iluminó Buda. De hecho ésta imagen es repetida en toda la artesanía local como algo característico del lugar.
lunes, 10 de agosto de 2009
Vientiane
Vientiane la capital del mundo más tranquila, eso dicen todos los que la visitan y no dejan de tener razón pues más bien da la impresión de estar en un pueblo más que en una ciudad, en concreto la mayor ciudad de Laos.
Pero Laos es otro mundo y su capital da fe de ello con sus calles secundarias prácticamente desiertas o con algunos niños jugando en la puerta de sus casas, o simplemente gente sentada viendo pasar la vida ante sus ojos, bueno más bien turistas más que la vida ya que es un lugar muy concurrido de turistas ya que a penas cruzando el Mekong ya estás en Tailandia por lo que muchos viajeros entran en Laos únicamente para que le den de nuevo un permiso para Tailandia cosa que agradecemos porque si en Laos entrara el tipo de turismo que visita Tailandia esto no sería lo mismo.Y lo agradecemos ya que así podemos sentirnos (aunque por poco tiempo tal y como cambian las cosas) en uno de los pocos países autenticos que hemos pisado.
El primer día como siempre en nuestro viaje lo utilizamos en asentarnos en el lugar y adaptarnos lo más rapidamente posible, así que el segundo día ya le cogimos el tranquillo a esta relajada ciudad.
Por la mañana fuimos a visitar el Parque de los Budas que así llaman a un pequeño parquecito a orillas del Mekong a unos 25 kilómetros al sudeste de Vientiane, un perfecto lugar para relajarse mirando la infinita y serena mirada de las figuras budistas e hinduistas que abarrotan el parque o los monjes que descansan a la sombra de alguna figura o paragüas de un color negro eterno.
La gente tiene una idea equivocada de la vida de un monje que poco tiene que ver con un monje de religión católica, aquí los monjes visten colores anaranjados, granates o amarillentos dependiendo de su sabiduría y edad de estudio budista.
Un día paseando por uno de sus templos se nos acercó un chico de unos 20 años que ya llevaba 8 de monje muerto de curiosidad por intercambiar unas imágenes mentales sobre nuestra vida.
Son gente que transmiten una paz y bondad que es dificil de explicar si no estás a su lado... todo lo contrario que a nosotros nos generan los curas o altos cargos eclesiásticos... y eso que nos hemos criado en una sociedad católica.
Estos chicos que suelen vivir en el mismo templo se levantan muy temprano para meditar (quien no sepa lo que es meditar mejor que se interese por si solo pero es algo así como relajar la mente evitando que entren pensamientos, es decir dejar de pensar), después suelen tener varias horas de estudios de textos budistas que básicamente hablan de como llegar a la iluminación por medio del abandono de las cosas terrenales (que básicamente son materiales), también estudian inglés que no dudan en practicar cuando encuentran alguien paseando por allí.
Otra parte del día la ocupan en salir a pedir limosna para comer ya que es para lo único que necesitan dinero y el resto del día lo pasan paseando o dando una vuelta por el pueblo o ciudad como cualquier otra persona. De buena mañana la gente les espera en la puerta de sus casas frente al pequeño altar que suelen tener con incienso y ofrendas para ofrecerles alguna limosna o comida. Como veis es una religión que usa bastante la lógica (eso que nosotros empezamos a dejar de usar) y que básicamente promulga buscar la iluminación mediante la realización del bien y aprendizaje de técnicas de relajación mental.
Vamos que no hay dinero por medio excepto para comer y poco más... igualito que la iglesia católica!!, de hecho hemos visto a los propios monjes trabajando de obreros para construir su propio templo... no nos imaginamos a los curas con la sotana llena de cemento o cargando ladrillos para levantar la iglesia.. jejeje.
La verdad es que es curioso pero nos sentimos muchísimo más identificados con esta religión que con la que hemos crecido a pesar que nuestros padres afortunadamente nos han dejado pensar y elegir por nosotros mismos.
No tenemos ni idea porque complicamos nuestras vidas hasta extremos insospechables cuando todo es muchísimo más sencillo de lo que parece y el curso de la vida te lleva por donde desea independientemente que te empeñes en lo contrario.
La verdad es que poco estamos hablando de Vientiane pero bueno ya os estais imaginando un lugar donde el tiempo parece que pasa lento, no hay casi semáforos y la gente sonrie a pesar de trabajar sin vacaciones. Estas cosas te hacen preguntarte por que somos así y por que hemos dejado de usar la razón para pensar aunque sabemos la respuesta pero no queremos ni nombrarla.
Y si alguien quisiera invertir un poco de su dinero en su corazón en vez de en otros bienes materiales este es un buenísimo lugar para comenzar su viaje, un viaje que te hará sacar lo mejor de ti y olvidar el resto. Que tengaís un buen día... nosotros seguro que si.
Pero Laos es otro mundo y su capital da fe de ello con sus calles secundarias prácticamente desiertas o con algunos niños jugando en la puerta de sus casas, o simplemente gente sentada viendo pasar la vida ante sus ojos, bueno más bien turistas más que la vida ya que es un lugar muy concurrido de turistas ya que a penas cruzando el Mekong ya estás en Tailandia por lo que muchos viajeros entran en Laos únicamente para que le den de nuevo un permiso para Tailandia cosa que agradecemos porque si en Laos entrara el tipo de turismo que visita Tailandia esto no sería lo mismo.Y lo agradecemos ya que así podemos sentirnos (aunque por poco tiempo tal y como cambian las cosas) en uno de los pocos países autenticos que hemos pisado.
El primer día como siempre en nuestro viaje lo utilizamos en asentarnos en el lugar y adaptarnos lo más rapidamente posible, así que el segundo día ya le cogimos el tranquillo a esta relajada ciudad.
Por la mañana fuimos a visitar el Parque de los Budas que así llaman a un pequeño parquecito a orillas del Mekong a unos 25 kilómetros al sudeste de Vientiane, un perfecto lugar para relajarse mirando la infinita y serena mirada de las figuras budistas e hinduistas que abarrotan el parque o los monjes que descansan a la sombra de alguna figura o paragüas de un color negro eterno.
La gente tiene una idea equivocada de la vida de un monje que poco tiene que ver con un monje de religión católica, aquí los monjes visten colores anaranjados, granates o amarillentos dependiendo de su sabiduría y edad de estudio budista.
Un día paseando por uno de sus templos se nos acercó un chico de unos 20 años que ya llevaba 8 de monje muerto de curiosidad por intercambiar unas imágenes mentales sobre nuestra vida.
Son gente que transmiten una paz y bondad que es dificil de explicar si no estás a su lado... todo lo contrario que a nosotros nos generan los curas o altos cargos eclesiásticos... y eso que nos hemos criado en una sociedad católica.
Estos chicos que suelen vivir en el mismo templo se levantan muy temprano para meditar (quien no sepa lo que es meditar mejor que se interese por si solo pero es algo así como relajar la mente evitando que entren pensamientos, es decir dejar de pensar), después suelen tener varias horas de estudios de textos budistas que básicamente hablan de como llegar a la iluminación por medio del abandono de las cosas terrenales (que básicamente son materiales), también estudian inglés que no dudan en practicar cuando encuentran alguien paseando por allí.
Otra parte del día la ocupan en salir a pedir limosna para comer ya que es para lo único que necesitan dinero y el resto del día lo pasan paseando o dando una vuelta por el pueblo o ciudad como cualquier otra persona. De buena mañana la gente les espera en la puerta de sus casas frente al pequeño altar que suelen tener con incienso y ofrendas para ofrecerles alguna limosna o comida. Como veis es una religión que usa bastante la lógica (eso que nosotros empezamos a dejar de usar) y que básicamente promulga buscar la iluminación mediante la realización del bien y aprendizaje de técnicas de relajación mental.
Vamos que no hay dinero por medio excepto para comer y poco más... igualito que la iglesia católica!!, de hecho hemos visto a los propios monjes trabajando de obreros para construir su propio templo... no nos imaginamos a los curas con la sotana llena de cemento o cargando ladrillos para levantar la iglesia.. jejeje.
La verdad es que es curioso pero nos sentimos muchísimo más identificados con esta religión que con la que hemos crecido a pesar que nuestros padres afortunadamente nos han dejado pensar y elegir por nosotros mismos.
No tenemos ni idea porque complicamos nuestras vidas hasta extremos insospechables cuando todo es muchísimo más sencillo de lo que parece y el curso de la vida te lleva por donde desea independientemente que te empeñes en lo contrario.
La verdad es que poco estamos hablando de Vientiane pero bueno ya os estais imaginando un lugar donde el tiempo parece que pasa lento, no hay casi semáforos y la gente sonrie a pesar de trabajar sin vacaciones. Estas cosas te hacen preguntarte por que somos así y por que hemos dejado de usar la razón para pensar aunque sabemos la respuesta pero no queremos ni nombrarla.
Y si alguien quisiera invertir un poco de su dinero en su corazón en vez de en otros bienes materiales este es un buenísimo lugar para comenzar su viaje, un viaje que te hará sacar lo mejor de ti y olvidar el resto. Que tengaís un buen día... nosotros seguro que si.
sábado, 8 de agosto de 2009
Pakse
Pakse no es una bonita ciudad ni tiene nada especial pero en estos casos siempre se soluciona alquilando una moto y perdiéndote por sus alrededores.
No hay nada comparable a salir unos 30 kilómetros de la ciudad y perderse por alguno de los caminos cercanos a la carretera donde cientos de familias viven prácticamente sentadas viendo pasar la vida y vendiendo cuantro piezas de fruta como bananas o Jackfruits.
Además es lo mejor del mundo porque todos están interesados en saber quienes son esos tipos de piel blanca que caminan por allí y los niños se vuelven locos por salir a saludarte.
Esta vez llevábamos caramelitos y cuando veíamos un grupo de niños nos acercábamos a darles... lo increible es que hasta el más mocoso de todos que no levantaba un palmo del suelo no cogía el caramelo sin antes juntar sus manos a la altura del pecho y agachar la cabeza en símbolo de agradecimiento... a buenas horas en España un niño te da las gracias antes de coger algo.
Imaginemos que son gente sin recursos de hecho muchos de los niños no van al colegio pero desde que son bebés sus padres le enseñan el valor del respeto como algo fundamental en sus vidas.
Paseamos la carretera arriba y abajo con Rafa que también vino a este lugar pero que terminaba sus vacaciones en unos días... esperamos que la vuelta al trabajo te haya ido bien... fue genial conocerte.
Y cuando volviamos encontramos un tuk tuk de esos que hay aquí tipo furgoneta al aire libre con sillones anexos en la parte trasera intentando salir de una cuneta que estaba llenísima de barro.
Todo esto parando unas cuantas veces por la carretera ya que el monzón descarga con fuerza por unos instantes cada vez que el cielo se vuelve más negro que el carbón.
Y allí estaba un vecino intantando sacarlo de allí que lógicamente no podía... pero al instante cada uno que pasaba paraba para ayudar y en un instante había mas de siete personas tirando del tuk tuk hasta que entre todos lo pudimos sacar de semejante barrizal.
Luego Rafa terminó como veis pero nada no solucionable ya que un vecino nos vió con todo el barro en la ropa y nos invitó a su humilde casa al borde de la carretera a limpiarnos con un gran bidón de agua que recogía de la lluvia.
Y así aventurita tras aventurita se nos terminaban los días en otro bonito lugar de Laos y es que cualquier lugar de este maravilloso país te hace sentir rebien como diria nuestra queridísima Kary.
Y entre sonrisas y más charlas nos despedimos de Rafa al que esperamos ver algún otro día por España. ¡Buena suerte con la vuelta al curro y tus próximos deseos!
Y nosotros continuamos solos de nuevo nuestro viaje en un bus cama muy chulo y cómodo hacia la capital... Vientiane.
No hay nada comparable a salir unos 30 kilómetros de la ciudad y perderse por alguno de los caminos cercanos a la carretera donde cientos de familias viven prácticamente sentadas viendo pasar la vida y vendiendo cuantro piezas de fruta como bananas o Jackfruits.
Además es lo mejor del mundo porque todos están interesados en saber quienes son esos tipos de piel blanca que caminan por allí y los niños se vuelven locos por salir a saludarte.
Esta vez llevábamos caramelitos y cuando veíamos un grupo de niños nos acercábamos a darles... lo increible es que hasta el más mocoso de todos que no levantaba un palmo del suelo no cogía el caramelo sin antes juntar sus manos a la altura del pecho y agachar la cabeza en símbolo de agradecimiento... a buenas horas en España un niño te da las gracias antes de coger algo.
Imaginemos que son gente sin recursos de hecho muchos de los niños no van al colegio pero desde que son bebés sus padres le enseñan el valor del respeto como algo fundamental en sus vidas.
Paseamos la carretera arriba y abajo con Rafa que también vino a este lugar pero que terminaba sus vacaciones en unos días... esperamos que la vuelta al trabajo te haya ido bien... fue genial conocerte.
Y cuando volviamos encontramos un tuk tuk de esos que hay aquí tipo furgoneta al aire libre con sillones anexos en la parte trasera intentando salir de una cuneta que estaba llenísima de barro.
Todo esto parando unas cuantas veces por la carretera ya que el monzón descarga con fuerza por unos instantes cada vez que el cielo se vuelve más negro que el carbón.
Y allí estaba un vecino intantando sacarlo de allí que lógicamente no podía... pero al instante cada uno que pasaba paraba para ayudar y en un instante había mas de siete personas tirando del tuk tuk hasta que entre todos lo pudimos sacar de semejante barrizal.
Luego Rafa terminó como veis pero nada no solucionable ya que un vecino nos vió con todo el barro en la ropa y nos invitó a su humilde casa al borde de la carretera a limpiarnos con un gran bidón de agua que recogía de la lluvia.
Y así aventurita tras aventurita se nos terminaban los días en otro bonito lugar de Laos y es que cualquier lugar de este maravilloso país te hace sentir rebien como diria nuestra queridísima Kary.
Y entre sonrisas y más charlas nos despedimos de Rafa al que esperamos ver algún otro día por España. ¡Buena suerte con la vuelta al curro y tus próximos deseos!
Y nosotros continuamos solos de nuevo nuestro viaje en un bus cama muy chulo y cómodo hacia la capital... Vientiane.
Don Det
Don Det es uno de esos lugares que en cuanto los pisas nunca te irias, allí todo va muchísimo más lento de lo normal y eso se transmite rápidamente.
Don Det es una de las 4000 islas de esta parte del Mekong, quizás una de las más pequeñitas dotada de la mínima infraestructura turística posible para que no parezca un resort como muchas ciudades del sudeste asiático.
La verdad es que quizás haya sido uno de los lugares donde más relajados nos hemos sentido de toda Asia aunque también recordamos esa misma sensación en El Bolsón argentino, La isla del Sol boliviana, Pisco Elqui en Chile o Taganga en Colombia.
También ayudó mucho conocer a Rafa un chico madrileño con nuestras mismas inquietudes que compartir con el que pasamos unos días agradables en la isla.
Charlamos de que quizás este sea uno de los países donde menos ha influido el turísmo en la gente que se muestra tal como es y que dista muchísimo de nuestro país.
Pensábamos que es una pena que el turismo les cambie su manera de ser como ha pasado en tantos países del sudeste asiático sin ir más lejos Camboya.
Rafa nos decía que uno siempre ha de hacer lo que quiere aunque eso conlleve dejar algunas cosas atrás y tiene razón ya que al final si buscas algo que te gusta lo encuentras. Y uno de los principales problemas de la mayoría de las personas en España es que no está contenta con nada de lo que hace y lo hace por "necesidad" aunque esa necesidad conlleve tener un coche nuevo, una casa lo más nueva posible y etc etc etc.. esto para nada es una crítica sino al contrario un ánimo a que la gente haga lo que le de la gana ya que entre muchas cosas Rafa nos aportó las ganas de seguir haciendo lo que queramos en la vida ya que ésta al final se pone de tu parte.
Así que charlamos y charlamos de nuestro país y de éste en el que nos encontramos, de las diferencias en cuanto a felicidad, en las que gana cláramente Laos por goleada. Por ejemplo, antes pensábamos que pobrecitos los niños que no tienen nada etc... pero después de verles los ojos y su alegría pensamos que pobrecitos nosotros que tenemos todo y no sabemos utilizarlo positivamente.
Ahora pensamos que sería un error sacar a un niño de esta sociedad y llevarla a la nuestra porque segurísimo que le generaríamos más problemas de lo que tiene.
Quizás no tengan jugetes, una casa que no entre agua cuando descarga el monzón o tanta comida para decir esto me apetece y esto otro no, pero os aseguramos que hemos visto a los niños más felices y sonrientes del mundo.
La verdad es que nos da muchísima pereza volver a montar en bus o tren sin que todo el mundo te sonría, tener que callarte cuando te cruzas con un par de maquinetos sin cerebro por la calle, volver al trabajo a escuchar conversaciones sin sentido, problemas inventados (quizás para ellos no sean inventados y eso es lo peor) por la gente para hacer más llevadera su vida, la falta de lucha por todo pero eso si quejándose de palabra., que la sociedad nos absorba de nuevo... y sabemos que la mayoría de gente que nos lee no son así pero sabeis de sobra como es la gente, que os vamos a contar.
Creemos que sería necesario que pasara algo muy grave a nivel económico para que la gente levantara cabeza y mirara al cielo, por lo visto para que la gente reaccione has de pisarle el cuello y dejarlo sin aire durante unos minutos... aunque a nuestra forma de pensar esto es lo que se ha conseguido con nuestro sistema en el que parece que tienes palabra pero no pintas una mierda... con perdón.
Quizás teniéndolo todo no hemos sabido adaptarlo e incluso a muchísima gente le parecería extraño que les saludara o sonriera por la calle... seguro pensarían... ¿este que quiere?... y eso pensándolo bien... es muy triste!!
Así que después de tres días maravillosos de jugar con niños, sonreir a todo el que pasa, comer increiblemente bien y sano, mojarnos con el maravilloso monzón, pasear con la bici por los pequeñísimos senderos de la isla entre arrozales y bueyes que no se apartan del camino (y si no que se lo digan a la mirada de reojillo de Maider.. jejeje), ver como cuando se esconde el sol dejando paso al color plateado de los campos de arroz mientras escuchas cientos de ranas croar... así que después de todo esto y de compartir nuestras inquietudes con Rafa hemos disfrutado mucho durante estos días en Don Det, un lugar que jamás olvidaremos!!
Don Det es una de las 4000 islas de esta parte del Mekong, quizás una de las más pequeñitas dotada de la mínima infraestructura turística posible para que no parezca un resort como muchas ciudades del sudeste asiático.
La verdad es que quizás haya sido uno de los lugares donde más relajados nos hemos sentido de toda Asia aunque también recordamos esa misma sensación en El Bolsón argentino, La isla del Sol boliviana, Pisco Elqui en Chile o Taganga en Colombia.
También ayudó mucho conocer a Rafa un chico madrileño con nuestras mismas inquietudes que compartir con el que pasamos unos días agradables en la isla.
Charlamos de que quizás este sea uno de los países donde menos ha influido el turísmo en la gente que se muestra tal como es y que dista muchísimo de nuestro país.
Pensábamos que es una pena que el turismo les cambie su manera de ser como ha pasado en tantos países del sudeste asiático sin ir más lejos Camboya.
Rafa nos decía que uno siempre ha de hacer lo que quiere aunque eso conlleve dejar algunas cosas atrás y tiene razón ya que al final si buscas algo que te gusta lo encuentras. Y uno de los principales problemas de la mayoría de las personas en España es que no está contenta con nada de lo que hace y lo hace por "necesidad" aunque esa necesidad conlleve tener un coche nuevo, una casa lo más nueva posible y etc etc etc.. esto para nada es una crítica sino al contrario un ánimo a que la gente haga lo que le de la gana ya que entre muchas cosas Rafa nos aportó las ganas de seguir haciendo lo que queramos en la vida ya que ésta al final se pone de tu parte.
Así que charlamos y charlamos de nuestro país y de éste en el que nos encontramos, de las diferencias en cuanto a felicidad, en las que gana cláramente Laos por goleada. Por ejemplo, antes pensábamos que pobrecitos los niños que no tienen nada etc... pero después de verles los ojos y su alegría pensamos que pobrecitos nosotros que tenemos todo y no sabemos utilizarlo positivamente.
Ahora pensamos que sería un error sacar a un niño de esta sociedad y llevarla a la nuestra porque segurísimo que le generaríamos más problemas de lo que tiene.
Quizás no tengan jugetes, una casa que no entre agua cuando descarga el monzón o tanta comida para decir esto me apetece y esto otro no, pero os aseguramos que hemos visto a los niños más felices y sonrientes del mundo.
La verdad es que nos da muchísima pereza volver a montar en bus o tren sin que todo el mundo te sonría, tener que callarte cuando te cruzas con un par de maquinetos sin cerebro por la calle, volver al trabajo a escuchar conversaciones sin sentido, problemas inventados (quizás para ellos no sean inventados y eso es lo peor) por la gente para hacer más llevadera su vida, la falta de lucha por todo pero eso si quejándose de palabra., que la sociedad nos absorba de nuevo... y sabemos que la mayoría de gente que nos lee no son así pero sabeis de sobra como es la gente, que os vamos a contar.
Creemos que sería necesario que pasara algo muy grave a nivel económico para que la gente levantara cabeza y mirara al cielo, por lo visto para que la gente reaccione has de pisarle el cuello y dejarlo sin aire durante unos minutos... aunque a nuestra forma de pensar esto es lo que se ha conseguido con nuestro sistema en el que parece que tienes palabra pero no pintas una mierda... con perdón.
Quizás teniéndolo todo no hemos sabido adaptarlo e incluso a muchísima gente le parecería extraño que les saludara o sonriera por la calle... seguro pensarían... ¿este que quiere?... y eso pensándolo bien... es muy triste!!
Así que después de tres días maravillosos de jugar con niños, sonreir a todo el que pasa, comer increiblemente bien y sano, mojarnos con el maravilloso monzón, pasear con la bici por los pequeñísimos senderos de la isla entre arrozales y bueyes que no se apartan del camino (y si no que se lo digan a la mirada de reojillo de Maider.. jejeje), ver como cuando se esconde el sol dejando paso al color plateado de los campos de arroz mientras escuchas cientos de ranas croar... así que después de todo esto y de compartir nuestras inquietudes con Rafa hemos disfrutado mucho durante estos días en Don Det, un lugar que jamás olvidaremos!!
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