viernes, 4 de diciembre de 2009
Kuala Lumpur
Pues todo llega a su fin, quieras o no todo llega, tanto lo bueno como lo malo, la diferencia es que en nuestro caso ha sido todo bueno y la balanza no tiene nada en el otro lado. Kuala Lumpur es nuestra última parada en este gran viaje, grande en tiempo pero mucho más en experiencias y sensaciones. Y bueno la capital de Malasia puede ser un ejemplo de ello... un lugar llenísimo de contrastes tanto raciales como arquitectónicos. En esta ciudad de millón y medio de habitantes conviven casi en porcentaje equitativo, chinos, indios y musulmanes, osease malayos propiamente dichos ya que oficialmente Malasia es musulmana. Cada raza tiene su lugar y su barrio que por momentos te hace trasladarte a India o China y con las costumbres que ellos traen como la de los chinos de escupir por cualquier lugar o la de los indios de masticar betel. El caso es que es un ejemplo de convivencia y un regalo para la vista entremezclarte en un mercadillo con saris coloridos ropas ajustadas en blanquísimas chinitas y pañuelos y birretes cubriendo la cabeza de los musulmanes malayos. Es la tercera y última vez que pisamos esta ciudad en este viaje y como ya nos la conocemos nos movemos con soltura entre el barrio chino donde dormimos y comemos y los lujosos centros comerciales que nos alucinan... eso sí.. "mirar pero no tocar". Kuala Lumpur está lleno de mercadillos nocturnos y diurnos y cientos de personas abarrotan el más famoso, el mercado de Petaling, un mercado de imitaciones de todo tipo que se encuantra a unos pocos pasos de nuestro hotel... allí venden imitaciones de rolex, ropa deportiva, bolsos de gucci, louis vuiton and company, colonias etc etc...eso sí, intentan sacarte los ojos con los precios y aún regateándolos no estamos de acuerdo en que sea un lugar barato para comprar como dicen muchos foros de viajeros habiendo visitado lugares como Jatujak en Bangkok o Ubud en Bali. Así que los últimos días de nuestro viaje antes de volver a casa los utilizamos en visitar un poco más tranquilamente la ciudad y en recorrer sus mercadillos abarrotados de gente. El dia 11 cuando el avión levante el morro y despegue las ruedas del suelo habrá terminado nuestro sueño, un sueño que nos ha aportado muchísimo más de lo invertido... un viaje que jamás olvidaremos en nuestras vidas, un viaje por qué no decirlo, que nos ha enseñado mucho más de la vida que lo que nuestro "mundo" nos había metido dentro, un viaje que ha sido la chispa necesaria para cambiar el modo de vida que a partir de ahora queremos llevar, con menos dinero pero con muchas otras cosas que hemos encontrado por el camino.
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