miércoles, 21 de enero de 2009

Quintay y Valparaiso

Seis horas más dos adicionales de frontera llegamos a Santiago. Allí nos esperaba el Yullo (Jose) un antiguo compañero de nuestro primer viaje a Marruecos y que nos llevó a conocer Quintay un bonito lugar donde tienen una casa sus padres que él mismo diseñó y donde nos relajamos muchísimo. Sus padres nos deleitaron con un par de barbacoas, buenos vinos y el privilegio de despertar en un lugar como ese. Así como compartir una comida con unos simpáticos amigos.
Paseamos por la playa donde pudimos ver ese alga que es frecuente del pacífico pero que a nosotros nos resultó muy curiosa. Una vez se seca se queda muy rígida pero en su transcurso de secado se puede dar forma.
Por allí andaba también Nacho, un amigo de Jose en Barcelona que estaba disfrutando de sus vacaciones y con el que pasamos un par de días agradables.
Desde Quintay fuimos a Valparaíso a casa de un ex compañero de facultad de Jose donde hicimos noche y pudimos dar un paseo por los cerros que conforman este peculiar lugar.

Valparaíso fue en su día un importantísimo puerto a nivel nacional donde miles de contenedores llenaban diariamente sus costas y con el material de éstos (una fina chapa ondulada) revestían las paredes de sus fachadas dando un aspecto muy particular al lugar. Tras la construcción del canal de Panamá empezó a caer en decadencia hasta hoy en día donde hay algunos cerros mejor conservados que otros. Para acceder a los cerros se construyó en su día unos ascensores que transportan a la gente a través de unos raíles algo que se agradece cuando caminas por esta ciudad.

Nos llamó la atención la cantidad de grafitis que invaden esta ciudad y que le dan un toque artístico.









En su mercado pudimos comer por primera vez el rico marisco que tienen por estas tierras. Comimos unas machas gratinadas con parmesano, un chupe de loco (preparado con besamel y loco que es un molusco parecido a una vieira pero de mayor tamaño), jaiba (buey de mar), ceviche de reineta y camarones al ajillo. Todo regado con un rico vino blanco. La casa nos invitó a la bebida típica nacional “el Pisco”, que junto a limón, azúcar y clara de huevo formaban un rico aperitivo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que pasa compadres.

Espero que lo est{en pasadon bien por los geysers y espero verles el 28 para cenar,

Un saludo,

Nacho