viernes, 21 de noviembre de 2008

Esteros del Iberá

17 horas después, 4 de las últimas sobre 100 km. de camino empedrado y polvoriento sobre una camioneta tan antigua como la colonia 25 años llegamos a Carlos Pellegrini un lugar recóndito pero con personalidad.

Esta colonia lo forman 10x10 cuadras de ranchos de gran tamaño alrededor de la Laguna del Iberá llena de fauna y flora protegida desde hace 25 años. Aquí se pueden encontrar paseando mamíferos tan curiosos como el carpincho (el roedor más grande del mundo que puede llegar a pesar 70 kg.), monos aulladores carayás (tienen el record guiness de potencia de sonido emitido por un animal), la boa curiyú, el sapo cururú (el mayor anfibio argentino más de 20 cm.), aves de mil tamaños y colores y el rey de la fiesta el yacaré negro, el cual impone más de lo que en realidad es pues sólo se alimenta de peces, aves y crías de carpinchos.









A Maider le encanta éste animal… no para de decir ¡¡qué mono es!! Tiene cara de bueno, deja que te acerques a él a pesar de ser un animal salvaje y está siempre rodeado de sus crías. Es pintoresco hasta el nombre…
La riqueza biológica es sorprendente y se han registrado más de 1.400 especies de plantas, 125 de peces, 40 de anfibios, 60 de reptiles, 60 de mamíferos y 350 de aves.
Quizá sea uno de los lugares más tranquilos para pasar unos días donde el silencio lo sólo lo rompen pájaros de mil sonidos, clases y colores.
Pensamos que es un lugar auténtico debido a los más de 100 km. de camino de tierra que los separa de la ciudad de Mercedes, si fuera fácil llegar se masificaría de turistas.
Este lugar también es tierra de gauchos lo cual es agradable ver que aún existe gente autóctona que viven en haciendas lejos del pueblo y se acercan a la plaza mayor en sus caballos con enormes sombreros que los protegen del sol y a duras penas dejan ver su rostro de piel oscura y aspecto típicamente gaucho.
Es agradable estar en un lugar donde los animales que conviven con nosotros parece que agradezcan que los respetes dejándose que te acerques a ellos más de lo que uno se puede imaginar antes de que se alejen.

Puerto Iguazú

Desde Curitiba tomamos un autobús que nos llevó a la frontera brasileña en donde nos sellaron la salida del país y unos metros más para adelante la argentina que nos sellaron sin mayores problemas.

Llegamos a las dos de la mañana al hostel donde reservamos una habitación compartida ya que este lugar es muy turístico y por lo tanto caro. Aquí llegamos con la intención de visitar la gran estrella del lugar: las cataratas de Iguazú.
Esa mañana nos levantamos y cuando vimos el cielo tan azul nos dio mucha alegría, después de tantos días grises.

Cataratas de Iguazú, un lugar muy turístico pero impresionante. Difícil de explicar y eso únicamente lo sabrá el que ha estado aquí ¿verdad Ernesto, Raúl e Isa?… No nos gustó la discriminación en cuanto a los precios según el país de residencia, si nos pareció bien que los lugareños no pagaran entrada pero ¿por qué un Uruguayo o Chileno paga tres veces menos que nosotros?... algo que no comprendemos…

Pero como pequeña descripción podemos decir que hay construidas unas plataformas sobre el río Iguazú andando a través de las cuales te colocas a una proximidad de las caídas espectacular. Es uno de los lugares donde mejor puedes vivir la fuerza del agua en la naturaleza. Hay pasarelas superiores e inferiores sobre las cataratas y la más impresionantes es la llamada “Garganta del Diablo”… un nombre muy recurrido pero en este caso da fe de ello.


Al ser un clima subtropical está lleno de muchas especies de animales entre las que pudimos ver coatís, numerosas aves (aunque no vimos el famoso tucán que según Neruda es una caja de frutas de colores barnizadas), un bicho que es idéntico a una rama, mariposas de todos los colores y el lagarto overo (que es más rápido de lo que parece ¿verdad Ernesto?) jeje

En definitiva cinco horas de un bonito paseo, aunque eso sí lleno de turistas de todos los rincones del planeta.

En una de las pasarelas inferiores accedes hasta la base de una de las cataratas donde nos acercamos y nos mojamos por la fuerza de la caída del agua… algo inolvidable!!



Paraty

Tras Ilha Grande y después de dos horas de ómnibus llegamos a la colorida Paraty, antigua ciudad colonial portuguesa y uno de los puertos de la época más importantes de todo Brasil de exportación de oro y café.

Cuando entró en decadencia este puerto volvió a ser importante por la producción de cachaça, un destilado de la caña de azúcar con la que se elabora la riquísima caipirinha (azúcar, lima, soda, cachaça y mucho hielo picado).

Pasear por la calles de Paraty es muy agradable aunque algo incómodo debido al antiguo adoquín a base de enormes piedras. La artesanía está muy presente en sus calles ya sea a través de delicados comercios o a través de los artesanos que extienden sus obras por la calle.

En una de sus esquinas se sentaba todas las tardes un hombre de unos 65 años que vendía pinzas de adorno con forma de mariposa de todos los colores y que colocaba por todo su cuerpo incluso por su blanca barba, sus gafas, sus orejas, su ropa… llamando la atención de todo el que pasaba por su lado.

Paraty está tan cerca del mar que cuando sube la marea inunda mucha de sus calles y nos contaron que hace tiempo había mareas que inundaban por completo el pueblo convirtiéndolo en una pequeña Venecia.




Desde Paraty hicimos una excursión de una mañana para ver la “Cachoira do Tobogão” (la cascada del tobogán), una enorme piedra sobre el río por la que cae el agua y a través de la cual los jóvenes lugareños se lanzan de pie resbalando por ella hasta llegar al agua como si surfearan.

Es una práctica peligrosa pero que dominan con mucha destreza. En ese mismo lugar se rodó algunas escenas de la película “La selva esmeralda”.
Tras quince días en Brasil y debido a las malas predicciones meteorológicas para la siguiente semana optamos por no ir a Ilha do Mel porque sabíamos que no íbamos a disfrutar de sus playas y estaríamos incómodos debido a la extrema humedad de esta zona del sur de Brasil en esta época del año. Como teníamos un billete comprado hacia Argentina intentamos cambiarlo a una semana antes y así fue, por lo que dejamos Brasil con algo de pena pero contentos por todo lo que hemos visto, conocido y disfrutado.
Cahê, Giul, Michelle, Nelia, Luis y Lorea… nos ha encantado haberos conocido de corazón y esperamos volver a veros!!

sábado, 8 de noviembre de 2008

Ilha Grande... qué grande!!

Continuamos nuestro viaje por Ilha Grande, una isla frente a Angra Dos Reis.
Cogimos un ferry que nos dejó en Abraão el pequeño pueblo más habitado de la isla, existen otros lugares por la isla con alojamientos pero están tan deshabitados que depende demasiado de los barcos de los pescadores de la zona para desplazarte, comer… ya que es el único medio de transporte posible de la isla.
No existen carreteras y hay casi más de cien playas a las cuales se puede ir o por barco o a través de senderos entre la espesa vegetación.


El primer día fuimos a visitar una de las más famosas llamada Lopes Mendes tras una caminata de unas tres horas a través de la montaña por pequeños senderos repletos de plantas espectaculares. La playa es bastante salvaje debido a que es mar abierto, todo lo contrario que el oeste de la isla donde se sitúa Abraão y donde toda su costa está repleta de playas sin
oleaje.

Los días están siendo muy nublados pero en ciertos momentos se agradece para hacer los treckings y la humedad es tan extrema que la ropa lavada tarda en secarse más de tres días a pesar del calor que hace.

Durante las largas y sufridas caminatas hacia las playas donde hay que subir y bajar las montañas disfrutamos mucho con los bosques de bambús que tienen una altura alucinante y producen un ruido quebradizo al moverlos el viento.

El primer día en Abraão conocimos a Lorea y Luis, una pareja que llevan viajando unas semanas por Brasil y querían terminar sus vacaciones en esta isla. Ellos a su vez conocieron a una valenciana y brasileña que viajan juntas también.

Se hacen muy duros los treckings por la isla debido a la humedad y al desnivel del terreno pero merece la pena cuando llegas a la playa sobre todo si puedes coger un taxi-boat para la vuelta.

Es una isla perfecta para perderse porque hay muchas playas que tardarías días para llegar a ellas.

La isla se llena de turismo brasileño fines de semana y verano donde los precios de los hoteles pueden llegar a triplicarse y es difícil encontrar alojamiento y por esto vemos que hay bastantes posadas y restaurantes cerrados. Pensamos que en verano tiene que ser un poco agobiante tanta gente en un lugar tan pequeño.
Tras cenar hemos probado la auténtica caipirinha brasileña que se hace con cachaça (destilado de caña de azúcar), lima, azúcar y mucho hielo como todas las bebidas por aquí. La cerveza te la sirven al límite de la congelación y el agua además de estar igual de fría le añaden hielo al vaso. Nos quedamos aquí hasta el viernes donde esperamos ansiosamente que salga un poquito el sol y poder disfrutar de estas playas con aguas
turquesas.


El viernes iremos hacia Paratí una antigua potencia portuaria donde se exportaba oro y azúcar.
Nos gusta llegar para actualizar el blog y ver vuestros comentarios...obrigado!!

sábado, 1 de noviembre de 2008

Río de Janeiro

Tras pocas horas de sueño, mucho tiempo de espera y un par de vuelos llegamos por fin a nuestro punto de partida: Río de Janeiro. El primer día debido a nuestro cansancio no hicimos gran cosa. Desde el aeropuerto cogimos un ómnibus con el aire acondicionado al máximo a Leblón, lugar donde viven Cahê y Giull, dos amables “coachsurfers” que nos acogen en su casa los días que estamos por esta ciudad.

Río es una ciudad apiñada entre montañas y el océano que le da el privilegio de ser una de las ciudades costeras más bonitas de todo Brasil. Sus calles están repletas de gente, tráfico, edificios altísimos, comercios y lugares donde picar algo (sucos & lanches) que es lo que ellos llaman a los zumos y comida rápida. Hay una variedad enorme y desconocida de frutas con las que puedes disfrutar de un zumo por 1,35€. A ellos les apasiona una fruta llamada “açaí” con la que hacen unos zumos tan espesos que te los tienes que tomar con cuchara.
Pão de Açúcar es una formación rocosa con 395 metros desde donde hay una vista alucinante e inmejorable de la ciudad por todos sus extremos.. sin duda merece la pena coger el teleférico y subir hasta aquí esperando que haya un día despejado como nos pasó afortunadamente. Sobre la cima hay un bonito paseo entre una espesa vegetación de plantas frondosas y bambús.

Además de disfrutar de la ciudad tenemos la oportunidad de conocer a los cariocas gracias a todo lo que nos cuentan Cahê y Giull de cómo son y cómo viven.
Hemos cenado con ellos y con una amiga de ambos en casa charlando de los gustos de los cariocas por el culto al cuerpo sobre todo en Ipanema y la manera de vivir.
En realidad son bastante similares a nosotros en costumbres y aún no hemos podido sacar un prototipo típico de carioca pues hay tantas clases de color de sus pieles como frutas tienen en sus zumos.


La playa es algo más que un lugar donde ir para los cariocas…es una manera de vivir, hacen todo alrededor de ella… se juntan por zonas los diferentes tipos de gentes… así, hay puestos de vigilancia numerados del 1 al 12 y en cada número se junta un tipo de gente… bohemios, chicos y chicas de gimnasio obsesionados por su cuerpo, gays y lesbianas, fumadores de marihuana… y así se agrupan según maneras de ser y vivir.
Ah y eso sí... al menos en Ipanema marcan sus curvas con mallas o ropa ajustada y escotes de vértigo hasta las mujeres de avanzada edad y en sus pies que no falten unos tacones o las famosas “havaianas”.

Para moverse por Río hemos optado por el ômnibus.. autobuses que recorren la ciudad a una velocidad impresionante.. ahora sabemos porqué nació aquí Fitipaldi.
Hay casi 500 números y has de lanzarte a ellos para que paren aunque la frecuencia de paso es muy rápida. Existen varios barrios, La zona centro está repleta de gente por la mañana y a la hora de comer los pequeños bares y restaurantes rápidos se llenan hasta los topes.
Las avenidas son enormes y los edificios más aún. Las calles están bien señalizadas y eso permite moverse con cierta facilidad.. pero por la noche este lugar tan lleno de vida se vacía y no es muy seguro caminar por él.
Mucho nos han hablado de la seguridad en Río pero parece ser que moviendose con cierta lógica no es inseguro..otra cosa es que te metas por unos de los numerosos barrios de favelas que existen..logicamente ahí la seguridad deja que desear pero por norma general hay mucha policia por las calles mas transitadas de Río.
Por cierto, ¿que os parecería estar todo el año a 25ºC?… pues eso es Río… creo que no saben lo que es ni un polar ni una bufanda porque jamás la han usado.
El otro dia descansado en Ipanema utilicé con Maider el típico truquito ...le miré y comence a sonreir.. entonces ella me preguntó.. ¿de que te ries? y le contesté... Me Río de Janeiro.. ¡¡ lo se es malo!! pero lo que nos reimos que?..


Esto es lo máximo que nos hemos atrevido a acercarnos a unas favelas.. seguro que luego no es para tanto pero bueno ya se sabe.. más vale prevenir... Hay miles de personas en esta, creo que viven unas 60.000... imaginaros!!

El famoso Cristo Redentor fue construido en 1924 y 7 años después se terminó en la cima del monte Corcovado en el parque natural de Tijuca a 710 metros de altura. Son impresionantes las vistas desde allí y es una de las 7 maravillas del mundo, ya nos quedan menos por ver!!. Hasta 1885 la subida al Corcovado estaba reservada a alpinistas y escaladores y ese año se construyó un ferrocarril y luego una carretera.




La subida al Cristo es bastante impresionante ya que subes desde el nivel del mar a 710 metros a través de un parque natural de espesa vegetación. Arriba hay miles de guiris que se mueren por disparar sus cámaras pero afortunadamente este día estaba algo nublado, no funcionaba el ferrocarril y era 1 de Noviembre por lo que el número de turistas era algo menor... cosa que se agradece en estos casos.
Hoy comentábamos Maider y yo que no se porqué todo el mundo cogemos las vacaciones en Agosto si hay millones de lugares en el mundo incluso más baratos que Benidorm o Ibiza donde se puede disfrutar de muchísimas cosas en una época en la que en España se esta con polares y bufandas... quien sabe quizas otro año os animeis ¿no?. Un besito de los dos a todos los que nos seguis. Hasta la próxima!!